Se trata de José María Jaime, quien fue juzgado por varios hechos de violencia familiar cometidos este año en perjuicio de su expareja. Detenido desde hace cuatro meses, deberá completar ocho para poder solicitar la “libertad condicional”
Un jornalero radicado en la ciudad de Oliva fue condenado ayer a tres años de prisión de cumplimiento efectivo por haber golpeado y amenazado a su exconcubina, desobedeciendo cuatro impedimentos de contacto ordenados por la Justicia.
José María Jaime, de 38 años, fue declarado autor penalmente responsable de “lesiones graves”, “amenazas”, “violación de domicilio” y “desobediencia a la autoridad judicial” reiterada, al cabo de un juicio de trámite abreviado en el que confesó su culpabilidad.
Preso desde junio
Jaime se encuentra privado de la libertad desde mediados de junio, luego de irrumpir intempestivamente en el domicilio de quien había sido su pareja con la intención de reanudar la relación. Pero ante la negativa de la mujer, la insultó y luego le aplicó varios golpes de puño, causándole lesiones de consideración que demandaron más de 30 días de curación.
El irascible sujeto fue detenido por la Policía unas pocas horas después del incidente e incluso se estableció que esa era la cuarta vez que incumplía una orden judicial que le impedía acercarse a la víctima, justamente por su violento proceder.
Juez y partes
La audiencia de debate sustanciada en horas del mediodía de la víspera en la Cámara del Crimen de Villa María fue presidida por el vocal Félix Alejandro Martínez y contó con la participación del fiscal Francisco Javier Márquez y del abogado craikense (actualmente radicado en Oliva) Manuel Antonio Toledo, mientras que Guillermo Ramón Picco intervino como secretario.
Antes que comenzara el juicio, el acusador público y el defensor acordaron la pena finalmente impuesta por el juez Martínez, sobre todo al tenerse en cuenta que, más allá de su agresiva personalidad, Jaime no registraba antecedentes penales.
Claro que para que el acuerdo prosperara, el acusado debía confesar lisa y llanamente todos los hechos que se le atribuían, con lo cual se evitaría (como finalmente sucedió) la recepción de pruebas testimoniales en la sala del quinto piso del Palacio de Justicia local.
Qué dice la ley
Por tratarse de un convicto primario, Jaime podrá solicitar el beneficio de la “libertad condicional” cuando cumpla ocho meses entre rejas, a tenor de lo establecido por el artículo 13 del Código Penal de la Nación.
Dicha norma legal precisa que “el condenado (…) a tres años o menos, que hubiere cumplido ocho meses de prisión, observando con regularidad los reglamentos carcelarios, podrá obtener la libertad por resolución judicial, previo informe de la dirección del establecimiento e informe de peritos que pronostique, en forma individualizada y favorable, su reinserción social”.
En otras palabras, Jaime podrá dejar el penal de barrio Belgrano si observa buena conducta durante todo el período de detención y sortea con éxito una pericia psicológica que acredite que está en condiciones de reintegrarse socialmente.
