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Un clásico consuelo

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Un clásico consuelo

Colón le ganó 1 a 0 de visitante a Rivadavia que, con la caída, se quedó sin chances. El “Rojinegro”, igualmente, quedó virtualmente eliminado por el triunfo de San Lorenzo de Las Perdices

Escribe: Fabio Morisetti

El clásico cabralense fue de Colón, que superó por la mínima diferencia gracias a una temprana aparición goleadora de “Panchito” Santunione. Con este triunfo, el elenco de José Luis Danna ahora depende de un “milagro” deportivo, mientras que el local quedó definitivamente sin chances de aspirar a la clasificación.

Colón pegó de entrada, en frío. Ponce entró por derecha al área y sacó un remate cruzado que Becco desvió a medias, y el balón le cayó a Santunione, que solo tuvo que empujarla en la boca del arco. Iban seis minutos y era la primera acción del partido.

Le costó mucho a Rivadavia asimilar el impacto, al punto que recién llegó sobre la media hora con un tiro libre de Delpino que Peretti desvió por encima del travesaño con esfuerzo. Un minuto antes, Mayco Rodríguez quedó solito frente a Becco, pero eligió picar la pelota y se le fue afuera.

El partido era duro, trabado, jugado con dientes apretados en el mediocampo. Así y todo, Colón parecía más prolijo, especialmente cuando la redonda pasaba por los pies de Navarro, el más claro de la etapa.

A los 34, el “verde” estuvo a punto de empatar. Facundo Castro desbordó y sacó un zurdazo que, previo rebote en Santiago Rodríguez, terminó estrellándose en el palo.

La segunda mitad no varió demasiado en el esquema de juego: muchos pases errados y poca claridad. Dentro de ese contexto, Rivadavia intentó buscar el empate, pero, ausente Castro, jamás encontró las vías claras que lo conectaran con el área de Peretti.

A los cuatro minutos, Cecchini desbordó por derecha, pero su remate fue tapado providencialmente por el cruce de Grangetto. Parecía que Colón quería más, aprovechando el hecho de tener en Navarro al jugador más pensante del juego. Sin embargo, tampoco generaba peligro en cercanías de Mayco Becco.

Así, el trámite chato y áspero empezó a aburrir a la gente. Recién a los 23’ volvieron las emociones, y Rivadavia se perdió un gol increíble. Castro pateó hacia el medio del área, y allí estaba solo frente al arco Arce, quien la mandó por arriba del horizontal sin marcas y cuando ya todos se relamían. El local pagaría caro la falta de puntería, puesto que ya no tendría otra chance igual.

El tiempo pasaba, y la desesperación de Rivadavia le empezó a jugar en contra. Colón manejaba tranquilamente los tiempos, metiendo en todos lados y viendo que la pelota estaba lejos de su arquero. Sobre los 43’, Mayco Rodríguez estuvo cerca con un tiro libre que pasó a centímetros del palo izquierdo de Becco.

Y así terminó un clásico que se llevó Colón con poco, en un partido de esos “en el que hace el gol, gana”.

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