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Una ciudad que habla sin tapujos

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Una ciudad que habla sin tapujos
La compañía Macho de Córdoba presentó la celebrada puesta “Sucio” el viernes por la noche

Conclusión – Desde el jueves y hasta el domingo se desarrollaron charlas, exposiciones, puestas y recitales donde la sexualidad fue el eje principal del evento gratuito

 

Acaban de desarrollarse cuatro interesantes jornadas correspondientes a la segunda edición del “Villa María Erótica”, con epicentro en el Centro Cultural Leonardo Favio.

Luego de una primera experiencia más acotada, acaso más cuidada en sus propuestas y opacada en parte por la proximidad temporal con el Festival de Peñas del año pasado, se vivenció esta vez una iniciativa más osada en sus representaciones, con un día más de programación y con una participación activa de la comunidad, tanto como público -que se acercó considerablemente en el devenir del evento- como protagonista a través de las convocatorias abiertas.

En plena efervescencia de las posturas y manifestaciones reivindicativas del feminismo, las perspectivas de género y las diversidades sexuales a nivel general, resultó más que auspicioso que se lograran abrir, en forma gratuita y a partir de un impulso oficial y municipal, distintos ámbitos de reflexión y de expresión que se orientaron hacia la posibilidad de poner en relieve, de reflexionar y de deconstruir un cúmulo de imágenes, prácticas y discursos sobre una temática, a priori, tan afectada por los tabúes.

El programa comprendió desde una deconstrucción filosófica del amor y (algo de) sexualidad por parte de Darío Sztajnszrajber hasta la caracterización del porno feminista versus el porno comercial y su mirada hetero-normativa por parte de la actriz porno y trabajadora sexual María Riot y la investigadora local Julieta Aiello.

Desde las muestras eróticas “Boudoir” y “Silver man” de la fotógrafa local Annette Morale, donde explora otras representaciones visuales sobre los cuerpos hasta un “Collage al paso” por la diseñadora Julieta de Las Paredes, donde los asistentes podían armar mensajes alusivos con recortes de revistas. Desde el armado audiovisual de cortos enviados por el público y otros a cargo de “Remolinos de arte” de Cultura hasta fotos y textos exhibidos a modo de pared ilustrativa de la muestra, sin tapujos ni veladuras en sus apreciaciones verbales.

Desde una charla sobre la sexualidad en la discapacidad por la especialista Silvina Peirano hasta una exposición didáctica del uso de accesorios eróticos.

En la faz netamente artística, se lograron plasmar puestas escénicas con cierta ligazón en lo temático: la Compañía Macho de Córdoba presentó el viernes la celebrada obra “Sucio” (con charla posterior), donde las vivencias fragmentarias de las diversas identidades sexuales en la contemporaneidad ahonda al sujeto en un plano existencial de soledad, al igual que la performance coreográfica (un tanto morosa en su desarrollo), ofrecida por el bailarín local José Benítez, el domingo por la noche, quien a partir de la lectura de distintos espectadores previamente elegidos, logró resignificar al dormitorio y a la vestimenta como “campos de batalla” en texturas sensoriales del vacío, además de quedar completamente desnudo, por minutos, frente a la audiencia.

El cierre, a cargo del grupo de rock Harén, propenso a la sensualidad en escena, terminó de cerrar una propuesta que desestructura, al menos en un comienzo, el prejuicio cimentado en Villa María como una ciudad conservadora.

Para otra ocasión, serviría como plus la posibilidad de atraer o sumar a los públicos de sectores periféricos como también insistir en la necesidad de debatir en dichos ámbitos propicios, la implementación real de la Educación Sexual Integral en las escuelas, como se atisbó en la presentación de Marcela Pozzi y la trabajadora social cordobesa Cecilia Ré, el jueves por la tarde.

Si desde los Estados provinciales y nacionales no se aprecian avances al respecto, eventos oficiales como el caracterizado podrían aportar bases consensuadas y fundadas en el asunto.

Juan Ramón Seia

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