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“Hay una gran crisis y las responsables son las prestadoras”

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“Hay una gran crisis y las responsables son las prestadoras”
Pablo Gornitz consideró que “a veces los egos, los celos o los temores de que el otro progrese terminan perjudicando a todos”

Pablo Gornitz considera que la situación en el sector no es la mejor pero, lejos de tener una mirada pesimista, considera que se podría buscar una solución si las partes se sentaran a dialogar 

Pablo Gornitz consideró que “a veces los egos, los celos o los temores de que el otro progrese terminan perjudicando a todos”
Pablo Gornitz consideró que “a veces los egos, los celos o los temores de que el otro progrese terminan perjudicando a todos”

Escribe Damián Stupenengo
De nuestra Redacción

“Si cada uno de los actores va a esperar que la solución llegue en forma mágica, la visión es negativa y creo que cada vez se va a deteriorar más la salud”. La expresión de Pablo Gornitz, titular del laboratorio que lleva su apellido, sobre la situación del sector en la ciudad no es negativa, pero sí autocrítica.

El dueño del espacio que hace 70 años brinda servicios de análisis clínicos, bacteriológicos, bromatológicos y veterinarios reconoció que “hay una gran crisis y las responsables principales de la crisis son las prestadoras”, y explicó que es porque “no hay que buscar subsidios; si decimos que estoy en contra de tal plan o de que se regale la plata, el profesional de la salud debe recibir un pago por la tarea que realiza y la empresa de salud debe tener una rentabilidad tal que le permita brindar una mejor calidad”.

La gran crítica que hace Gornitz es que “los responsables deben sentarse, lograr un consenso y poder exigir por la tarea que están realizando”. Ese planteo no es menor, ya que resalta la importancia de que todos los actores se sienten a dialogar para acercar posiciones, lo que, consideró, mejoraría la situación de la salud.

“Cuando digo prestadoras, me refiero a los responsables de brindar el servicio, que son médicos, bioquímicos, clínicas, laboratorios, enfermeros, todos deben recibir un honorario digno”, remarcó, a la vez que reiteró que “si cada uno de los actores va a esperar que la solución llegue en forma mágica, la visión es negativa y creo que cada vez se va a deteriorar más la salud y ese deterioro repercute en el paciente, que es lo que se debería preservar a toda costa”.

En relación al problema de que las obras sociales pagan a 90 ó 120 días a quienes ofrecen servicios de la salud, el titular del laboratorio opinó que “esa es la realidad”, pero planteó: “Lo que debe preguntarse es el porqué. Siempre es más sencillo echarles la culpa a otros. Ahora, la pregunta es ¿cuántas instituciones con internación hay en la ciudad? ¿Todas tienen el mismo problema? ¿Es tan difícil sentarse a conversar para llegar a un acuerdo y cambiar el problema?”.

En ese sentido, fue duro al indicar que “ a veces los egos, los celos o los temores de que el otro progrese terminan perjudicando a todos”.

El titular del laboratorio destacó que la salud “no porque sea un derecho significa que va a ser gratuito”
El titular del laboratorio destacó que la salud “no porque sea un derecho significa que va a ser gratuito”

-Si se sentaran las partes a dialogar en una mesa de trabajo, ¿se podría solucionar el problema?

“Estoy seguro de eso porque no se estaría haciendo algo buscando un rédito económico, sino que lo único que se estaría haciendo es poder trabajar para que la ciudad y la región tengan cada vez un mejor servicio. Creo que una mesa de trabajo siempre es de utilidad porque así uno puede saber qué piensa el otro. El problema es que el financiador no desconoce qué piensa ese otro, pero hay un abuso de una posición dominante, ‘si no te gusta, no brindés el servicio’, y eso sólo se va a poder revertir cuando el prestador pueda contrabalancear esa posición dominante, cuando las dos partes puedan hablar y no sea sólo una la que decida y diga ‘te voy a pagar esto y si no te gusta, no me des el servicio’, o ‘si no quiero, no te pago’”.

Ante la situación que describió, subrayó que “en estas áreas no se debe permitir la mediocridad: el paciente lo que debe saber es que si no tiene una obra social, puede ir a una institución pública, que le van a brindar el mejor de los servicios. Y si puede pagar una obra social, el servicio siempre debe ser de excelencia. De la misma forma en que siempre debe serlo la educación”.

De todas formas, Gornitz aclaró que la crisis en la salud no es algo exclusivo de la ciudad o la región. “La realidad es que el fenómeno que se ve en nuestra ciudad o en nuestro país no es diferente al fenómeno a nivel global. Cuando uno lee sobre cómo se encuentra la salud en otros países, hay una dicotomía. Por un lado, mayor exigencia de calidad, de servicio; y, por otro lado, menores fondos para afrontar esas mayores exigencias”, describió.

Si bien piensa que “la realidad es que hoy la salud para ser brindada es costosa”, entiende que “la persona que se encuentra a cargo de una institución debe ver cómo se las ingenia para brindar un servicio de excelencia con los recursos disponibles”.

De todas formas, no es sencillo esto, teniendo en cuenta que “la situación a lo largo de los años no ha mejorado porque los aranceles, si bien se van actualizando, se actualizan en menor medida que los costos, eso lleva a un deterioro en la viabilidad de la estructura, sobre todo cuando son de alto costo como con internación”.

“En nuestro caso, el laboratorio no tiene internación, pero se podría comparar a una clínica pequeña, ya que del laboratorio dependen unas 30 personas”, detalló, y mencionó que “el laboratorio, a pesar de esta situación, ha podido crecer y actualmente brindamos servicios a cuatro provincias” y, en tono de anunció, lanzó que “de hecho, hoy estamos en un proyecto que pronto daremos a conocer, de automatización general del laboratorio, que en Latinoamérica está en muy pocos lugares”.

Este crecimiento particular es lo que lleva a Gornitz a juzgar que “si yo les digo que vamos a instalar el cuarto sistema de automatización en Latinoamérica, no puedo decir que la situación es muy mala; sin embargo, un discurso no se contrapone al otro, la situación general no es buena”.

La reflexión que lanzó el titular del laboratorio es que “la persona que se ha dedicado a la medicina, a la bioquímica, a la salud, no se dedicó a la salud para tener un rédito económico, sino se debería haber dedicado a otra profesión”, aunque aclaró que “eso no significa que no pueda vivir, educar a sus hijos y brindar a su familia un estándar de confort razonable; es mucho trabajo, esfuerzo”.

“Tanto la salud como la educación son derechos. Ahora, la pregunta es quién paga por ese servicio. No porque sea un derecho significa que va a ser gratuito. Asumir que no es gratuito quiere decir que tiene un costo y que ese costo se ha incrementado”, cerró.

 

El último mes, con los problemas en las vías respiratorias superiores que hubo, se ve que la gente se dio cuenta de la importancia de la salud porque conoce a alguien, a un vecino, que ayer estaba bien y hoy está internado por un problema en terapia y con un respirador, recién ahí se da cuenta de la importancia de la persona que la está atendiendo.

 

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