Entrevista – Demian Rugna, director de «Aterrados» presentó su filme en el INCAA
Durante una década, el director Demian Rugna deambuló con el proyecto del filme “Aterrados” debajo del brazo y lo único que recibió fue la indiferencia de diez productores.
Siguió golpeando puertas hasta que ganó un premio en el Instituto Nacional de Ciencias y Artes Audiovisuales, que le permitió elaborar su largometraje; el mismo que presentó (foto) el jueves y viernes pasados en nuestro Espacio INCAA.
El autor del filme que está girando por distintos puntos del país, que cosecha críticas celebratorias por su historia y sus efectos especiales y que el año que viene tal vez llegue a ingresar a una reconocida plataforma virtual, dialogó con EL DIARIO acerca del estado actual del cine nacional.
“El panorama es complicado, pero también es algo general. En los festivales me he cruzado con directores de Canadá que me decían que no podían estrenar sus películas. Unos españoles, que habían ganado 37 premios internacionales con cortometrajes, no reciben producción para un peliculón como ‘Matar a Dios’. Lo que sí decidí es hacer causa común, pero también seguir laburando después de 15 años de remarla y concentrarme en la profesión”.
-¿Cómo arrancaste en este medio?
-Mi primer largometraje lo hice a los 25 años y yo creía que ya estaba, pero no pasó absolutamente nada. Se llamaba “The last gateway” y era en inglés porque, en ese momento, el INCAA no te daba financiamiento para pelis de terror. Entonces, había salido una peli hecha en DVD que había ganado 100 mil dólares y había costado muchísimo menos. Pero tuvimos la mala suerte de que las productoras de DVD del exterior que habían acordado comprarnos las películas cerraron porque las había comido la piratería. Eso fue en 2007 con el recambio rotundo del sistema de producción y consumo.
-Trazando un paralelo con el rock (vos tenés una banda), ¿con “Aterrados” pasaste del “under” al mainstream”?
-En Argentina fueron 27 mil personas a ver la película, pero no llega a ser “mainstream” ni popular. Aunque, con el presupuesto que tuvimos, estaba destinada a que la vieran entre 6 y 7 mil personas, pero gracias al boca a boca pudimos superar esa cantidad. Es una cuestión de promoción. La película argentina “Animal” metió en la calle de publicidad lo que nos costó a nosotros toda la película.
-¿Por qué no hay un buen mercado de cine de terror en Argentina?
-En los 80, con la vuelta de la democracia, se fomentaba mucho el cine con contenido social y testimonial y el cine fantástico, no solo el de terror, estaba relegado al cine yanqui. Recién en los 90, y por fuerza de empuje de los realizadores independientes o de autor, se empezaron a notar ciertas producciones. También hay que hacer un mea culpa de que se hizo bastante cine malo. En la cuestión técnica, al principio no podíamos alcanzar al cine yanqui porque tampoco había inversión en ese aspecto. Recién en 2009 y 2010 se pudieron ver avances técnicos. Actualmente hay gente que trabaja desde acá y para todo el mundo con el mismo nivel que alguien en Hollywood, solo que no podría elaborar ni producir una película en nuestro país porque se demandan altos presupuestos. Por último, el espectador no está acostumbrado al cine de terror argentino y tiene la vara muy alta del cine yanqui. A veces te dicen que los afiches de tus películas de terror “no parezcan argentinas” para competir. Hay que educar al público porque se hacen cosas muy buenas hoy en día.
-¿Y cómo se observa la inversión en cine?
-Mi mujer, que también trabaja en cine, está haciendo películas que duran entre tres y cuatro semanas de rodaje. “Aterrados” se hizo en cinco que es como un lujo. Si se baja la cantidad de días significa que no te dan el presupuesto que necesitás, que precarizan el trabajo y que el resultado final va a ser un descenso de la calidad del cine argentino. Durante años vamos a tener ese panorama. También a veces pasa que los productores ni te leen los guiones o el proyecto, porque confían en el nombre del director o porque saben que se salvan con el financiamiento.
