Poco movimiento se veía en la ciudad durante la jornada de domingo. La lluvia y el frío no sólo habían impedido la realización de algunos espectáculos deportivos, sino también invitaban a quedarse en casa.
Sin embargo, luego de las 20, cuando se escribió el título de Boca en La Bombonera, las calles céntricas de Villa María comenzaron a tomar los colores azul y oro.
Familias enteras, grupos de amigos y mucha gente empezó a dar la vuelta olímpica por plaza Centenario. Y la fiesta boquense fue enorme.