LIGA VILLAMARIENSE DE FUTBOL – Torneo Clasusura – Zona B – 2da. fecha

Escribe Pablo Luna Broggi

San Lorenzo de Las Playas recibía a Colón de local (en cancha de Central Argentino) con la ilusión de poder revertir la pobre imagen dejada en la apertura del torneo, en donde había caído 4 a 0 contra el otro conjunto cabralense: Rivadavia.

Mientras tanto, los dirigidos por Comba tenían la obligación de evidenciar la diferencia futbolística que existe entre ambos equipos y comenzar a demostrar todo su potencial, tras las incorporaciones de Juan Medina y Jonathan Silva (ambos de San Lorenzo de Las Perdices), y los regresos de Martín Barrionuevo y Andrés Ferrero (el arquero Julio “Mono” Giraudo todavía no vuelve).

Apenas habían transitado algunos segundos cuando la primera jugada de peligro se hizo presente en el arco local: una peligrosa falta al borde del área le permitió a Lucas Morre ejecutar un tiro libre de gran manera, a pesar de que el remate se fue apenas desviado del palo derecho.

Colón había mostrado sus credenciales de entrada, pero el local tenía suficiente orgullo propio como para no asustarse ante la superioridad cabralense.

La desfachatez de los jugadores azulgranas rápidamente le permitieron contar con una posibilidad de abrir el marcador: un corte tardío de Facundo Depetris provocó que el central visitante no pudiera evitar derribar al delantero local y el juez cobró penal para San Lorenzo. De la falta se encargó Joel Páez, pero Federico Pedernera se convirtió en héroe y le destrozó las ilusiones tapándole el remate.

Sin embargo, los dirigidos por Roque Páez no se derrumbaron anímicamente y continuaron no solo buscando la apertura del marcador, sino que lo hacían de gran manera, jugando bien y controlando el juego.

A los 20 llegó el esperado gol del local: una balón en cortada enfrentó a Wery ante Pedernera, pero el delantero no logró convertir ante la salida del uno rojinegro. Sin embargo, en el rebote Boniglio capitalizó el yerro de su compañero y puso el tanteador 1 a 0 a favor del “santo”.

No obstante, la alegría les duró poco, ya que, cuando parecía que la balanza se inclinaba hacía el conjunto de Las Playas, el visitante le asestó un duro golpe del cual nunca pudo reponerse. Un preciso tiro de esquina de Lucas Morre a ras del piso desconcertó a los defensores locales y le posibilitó a Aguirre fusilar a Arias para poner el 1 a 1.

Luego del gol conseguido por Colón no pasó más nada, porque los dirigidos por Comba consiguieron la tranquilidad que necesitaban y su rival comenzó a entrar en un mar de dudas del que nunca pudo salir.

En el complemento la situación fue completamente diferente. El cansancio físico de los dirigidos por Páez fue evidente y el principal causante de la goleada que se vendría. Desde los primeros minutos Colón contó varias chances de comenzar a torcer la historia a su favor, pero Medina y Giraudo en dos oportunidades no pudieron concretar.

La parcialidad cabralense debió esperar hasta los 16 minutos, cuando un gran tiro libre ejecutado por Barrionuevo quebró la paridad y puso el 2 a 1 para Colón. Inmediatamente, Jonathan Silva comenzó a ganarse un lugarcito en los corazones de los hinchas visitantes estirando diferencias con un gol de gran factura. La historia ya estaba definida, no había vuelta atrás. San Lorenzo había hecho un gran partido “hasta donde les dio el cuero” como dirían en la tribuna. Luego del gol de Silva debieron conformarse con esperar el pitido final del árbitro y soportar los otros goles que podrían llegar.

El cuarto llegó con polémica luego de un cabezazo de Depetris que Arias alcanzó a despejar cuando el balón ingresaba a su arco, y el árbitro a instancias del juez de línea convalidó.

La goleada definitiva se cerró con un gran gol convertido por Diego Pereyra que aprovechó su velocidad para enfrentar a Arias mano a mano y definir cruzado sin inconvenientes. El 5 a 1 a favor de Colón no dejó dudas de la gran diferencia que existe todavía entre las grandes potencias ligueras y San Lorenzo, que deberá trabajar mucho para mejorar.

La figura

Pablo Torelli. El volante fue el motorcito del mediocampo cabralense. Aún en el peor momento del visitante, el joven del Rojinegro se destacó con su estabilidad y capacidad de respuestas.

El árbitro

Paul Cressatti. Muy bien. Manejó el partido con criterio y acertó en las decisiones que tomó.