Se trata de Sebastián Perassi, quien fue declarado culpable de los delitos de “desobediencia a la autoridad”, “amenazas” y “robo”. Como estaba detenido desde principios de abril, se le dio por compurgada la pena y fue liberado
Un hombre de 37 años fue condenado ayer en la Cámara del Crimen de Villa María a ocho meses de prisión efectiva, pero pudo recuperar la libertad ya que cumplió la totalidad de la pena.
Sebastián Perassi se declaró culpable de los tres hechos que se le atribuían y posibilitó que el juicio oral y público se sustanciara bajo la modalidad de “trámite abreviado”, con lo cual se omitió la recepción de pruebas testimoniales.
El convicto reincidente se sentó por tercera vez en el banquillo de los acusados, esta vez para responder por hechos de “desobediencia a la autoridad” y “amenazas”, cometidos a principios de abril pasado, cuando incumplió una orden judicial de restricción que le impedía acercarse al domicilio de su expareja (sito en calles Intendente Seydell y San Juan, en barrio San Nicolás), a quien intimidó verbalmente.
Además, tenía abierta una causa penal por la sustracción de unos cerámicos, que se anexó a la que derivó en su detención.
La audiencia de debate de la víspera fue presidida por el camarista Félix Martínez y contó con la participación del fiscal Francisco Márquez y de la defensora oficial Silvina Muñoz, mientras que la secretaria actuante fue Gabriela Sanz.
Mató a un joven
Perassi, nacido el 28 de noviembre de 1978 y con último domicilio en la localidad de General Deheza, registra dos antecedentes penales: el primero de ellos, por un trágico episodio ocurrido el 15 de junio de 2008, hecho por el cual fue juzgado al año siguiente y se lo terminó absolviendo.
Se trata del homicidio de Franco Horacio Fabre (24), quien fue mortalmente apuñalado en el corazón por Perassi durante una violenta pelea registrada en un complejo de departamentos ubicado en calle Gervasio Posadas 1828, en barrio Lamadrid de esta ciudad.
Sin embargo, durante el proceso oral realizado en 2009 la Justicia consideró que el homicida había actuado en legítima defensa, por lo cual dictó la absolución y ordenó su inmediata libertad.
Años después, Perassi tuvo otra causa a raíz de un delito contra la propiedad, por la que se le impuso una condena menor. Y fue precisamente esa sanción la que ahora operó como antecedente y motivó en que se lo declarara reincidente, más allá de otorgársele la libertad.