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De espacio postergado a objeto de deseo

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De espacio postergado a objeto de deseo
La cocina en “U” es uno de los estilos que más se implementan en la actualidad
La cocina en “U” es uno de los estilos que más se implementan en la actualidad
La cocina en “U” es uno de los estilos que más se implementan en la actualidad

Algo tiene que haber sucedido para que dentro de una casa la cocina pasara de ser el ambiente más postergado a concentrar las mejores propuestas de diseño, equipamiento y ubicación.

En el pasado las cocinas estaban confinadas al último rincón de la casa, restándole toda humanidad al acto sublime de preparar los alimentos de la familia. Eran espacios para empleados y rara vez la señora de la casa accedía a ellos.

En tiempos más cercanos, avanzado ya el siglo veinte, las cocinas aún no tomaban impulso. Mejor ubicadas en las plantas, no eran todavía locales para lucir ni mucho menos para llevar invitados, aunque la eliminación de los sirvientes y la toma del poder gastronómico por parte del ama de casa, le brindó iluminación y cierta jerarquía.

 

¿Una casa con cocina o viceversa?

El reinado que hoy tiene la cocina dentro del programa de una vivienda se debe a un cambio en los paradigmas sociales. Cocinar es un arte y aunque siempre lo fue, recién ahora se lo reconoce de esa manera y todos somos artistas o lo queremos ser.

A este cambio en las costumbres, que llevó a la cocina a su mayor protagonismo, el arquitecto Alejandro Apa lo llama el «nuevo lujo», que nada tiene que ver con el concepto tradicional de lujo, sino que representa el disfrute actual de los espacios arquitectónicos, un nuevo orden.

Los últimos años del siglo pasado y los que llevamos de éste hicieron que las casas “con cocina» se transformaran en respuesta a este nuevo concepto. Frecuentemente integradas al living y al comedor principal, son centro de la vida familiar y social. Pero aún en viviendas con planteos formales, con ambientes separados, la cocina mantiene, tal vez integrada al comedor de diario y a la sala familiar, su condición de espacio privilegiado.

 

Ubicación y características

Todo esto nos lleva a detenernos en la ubicación que tendrá la cocina dentro de la planta de la casa. Independientemente de lo dicho antes sobre la jerarquía actual de ese lugar, puede estar ubicada a la calle o hacia el contrafrente, ligada a la galería y a la parrilla si las hay.

Muchos programas arman un sector amplio con la cocina integrada al comedor principal o con un concepto bien familiar, con acceso desde las dependencias de servicio. Esto tiene que ver con el estilo de vida y si hay o no personal doméstico en la casa.

Comunicar la cocina con el garaje es una idea muy funcional, que facilita las tareas de abastecimiento de mercadería y las circulaciones cotidianas.

Los aventanamientos son otro tema fundamental en este espacio. Su ubicación es estratégica, no sólo respecto del asoleamiento y la luz sino que también en lo referido al desarrollo funcional de la cocina. No es igual ubicar una ventana alargada que recorra toda la mesada y permita trabajar con luz natural que ponerla encima de la heladera o cercana a los fuegos. Las zonas de preparación y el comedor diario deben contar con buena luz natural y, si es posible, vistas al paisaje exterior.

 

Paso a paso

Si debiéramos comenzar el diseño de una cocina de la nada, partiríamos de imaginar la circulación dentro del espacio. Por circulación se entiende no sólo las áreas de paso para moverse dentro del ambiente, sino la ubicación de las puertas de acceso y, como se mencionó anteriormente, las ventanas.

Una vez establecido esto, el siguiente paso es la distribución que coordinará las diferentes zonas, es decir las «estaciones» de trabajo. Guardado y lavado de la vajilla, almacenado de los alimentos, preparación, cocción y emplatado; cada función requiere su lugar, su espacio y equipamiento, y no deben cruzarse para evitar no sólo incomodidad sino también posibles accidentes, como los que pueden producirse si los fuegos están en una mesada y, paso de por medio, la bacha. Una olla con, por ejemplo, pasta hirviendo en agua debe, en este caso, cruzar por el aire hasta la bacha para colar el alimento. Increíble, pero estos errores de diseño ocurren con lamentable frecuencia.

Por eso, pensar en una cocina perfecta no es sólo una cuestión de presupuesto sino de criterio, consultando a quienes utilizan ese ambiente para trabajar ya que, aunque es real el uso social dado actualmente a la cocina, no deja de ser un espacio de trabajo donde se manipulan elementos como líquidos hirvientes, combustibles, cuchillería, utensilios de vidrio y nada más y nada menos que fuego. Además, un espacio bien estudiado, con sus zonas de trabajo delimitadas facilita la higiene, evitando la mezcla de alimentos crudos con otros terminados, y separa el área de lavado, con sus productos de limpieza y espacio de guardado propio.

 

Una cocina para cocinar

El espacio reservado a las tareas puntuales de la cocina debe ser amplio y seguro. No estar condicionado por la apertura de puertas, por la falta de superficies de apoyo o por una ineficiente coordinación de las secuencias que hacen que quien usa la cocina deba desplazarse más que lo indispensable dentro del ambiente.

El lugar asignado a los electrodomésticos es fundamental. El lavavajillas cercano a la bacha evitará que el enjuague, previo a introducir los objetos en la máquina, moje todo el piso. De la bacha al lavavajillas tiene que haber un corto y único movimiento.

Entre los fuegos y la bacha habrá una mesada que los conecte y que sirva de apoyo.

El microondas es un eterno imprevisto. Puede terminar encima de una heladera o sobre una mesa. Sabemos que habrá uno, pero nunca se prevé el espacio. Si se lo usa a diario lo mejor es ubicarlo en una estantería bien a mano.

Finalmente, la heladera nunca debe ubicarse pegada a la cocina y con la debida previsión del área de «barrido» de la puerta, para evitar incomodidades al abrirla.

 

Tan grande como imaginemos

Están las cocinas simples y las que se extienden con islas, con desayunador y hasta con comedor diario.

El espacio para cocina, si está diseñado con mesada en «U», para que sea cómodo debería medir 2,40 metros de ancho con un paso libre de circulación de 1,20 metro.

Si el espacio es alargado y no permite armarlo en «U», medirá un mínimo de 1,60 metro y un ancho de 1,20 metro.

Las mesadas de 60 centímetros de ancho ofrecen una buena superficie de trabajo y los bajo mesada si tienen mayor profundidad, aunque caben más cosas, resultan incómodos.

Lo genial de la época que nos toca vivir es que todo esto ya lo pensaron diseñadores especializados en cocinas, que hoy nos ofrecen los más bellos amoblamientos, materializados con productos de fácil mantenimiento, en estilos y terminaciones a gusto del usuario.

 

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