En mayo se va a cumplir un año del último accidente que terminó con la vida de una joven y que desató una serie de acciones para intervenir el lugar. Desde el municipio aseguran que siguen esperando la autorización de Vialidad Nacional
El 11 de mayo de 2016 una joven de 21 años perdió la vida tras un accidente en el cruce de ruta nacional 9 y Jauretche, uno de los accesos al Campus de la Universidad Nacional de Villa María.
Desde ese momento, se abrió el juego y la discusión para la colocación de semáforos o intervenciones que permitan ordenar y hacer más seguro ese cruce, que fue escenario de varios siniestros.
De todas formas, cerca de cumplirse un año de aquel choque que se cobró otra vida, la conflictiva esquina por la que transitan cientos de estudiantes en diferentes medios de movilidad diariamente sigue sin tener el necesario semáforo.
El secretario de Gobierno de la Municipalidad, Rafael Sachetto, afirmó ayer: “Seguimos esperando la autorización de Vialidad Nacional para la colocación del semáforo”.
Cabe destacar que días después del mencionado accidente, y luego de las gestiones realizadas desde el municipio, técnicos de Vialidad realizaron una visita al lugar para relevar el sector. Sin embargo, todo se enfrió con el correr de los días.
“Hemos señalizado con cartelería preventiva, para que se frene, se mire bien quien transite por ese lugar, para que conductores y peatones estén advertidos”, contó Sachetto, quien estas acciones son “lo que las posibilidades jurídicas nos permiten”.
“Vialidad tiene que autorizar y llevar adelante un viejo pedido que desde el municipio se viene potenciando y en esto el intendente ha hecho fuertes reclamos para que finalmente se dé la construcción del acceso, todavía no sabemos si en el formato de rotonda o dársenas que permitan el acceso hacia la Universidad y la salida hacia la ruta por Jauretche. Pero, lo mismo que el anillo de circunvalación, están sin respuestas por parte del Gobierno nacional”, explicó el funcionario.
En octubre del año pasado, el intendente Martín Gill había dado a entender que el semáforo se iba a poner con o sin autorización, al manifestar: “(Si no llega la autorización) Lo haremos con un escribano público labrando el acta respectiva, porque por una cuestión de seguridad es indispensable que tengamos una herramienta para control, ya que está en juego la vida de mucha gente”.
De todas formas, esto tampoco sucedió y Sachetto argumentó que “si decidimos poner un semáforo sin autorización podemos llegar a recibir algún planteo o inconveniente por parte de Vialidad”, aunque reconoció que siguen “evaluando la posibilidad de ponerlo de todas formas porque necesitamos prevenir”.
También remarcó que han hecho gestiones “en la delegación que Vialidad tiene en la ciudad pero, en principio, la delegación que tiene asiento en la ciudad no tiene la competencia o la posibilidad de autorizar la intervención sobre la ruta”.
Presupuestariamente, confió que ya están destinados los recursos para la compra del aparato.
Dos relevamientos, pero…
En dos ocasiones técnicos de Vialidad Nacional llegaron a la ciudad para hacer un relevamiento del lugar, pero no pasó nada más que eso.
El primero fue a días de haber ocurrido el accidente, en mayo, y el segundo en noviembre del año pasado.
Fue en ese marco cuando el intendente admitió que colocar el semáforo sin generar otras medidas sería “una trampa” y podría ser más riesgoso, pero manifestó también el compromiso de seguir avanzando con el proyecto de “obras definitivas para jerarquizar el lugar”.
En ese momento, en cuanto al proyecto definitivo, había dicho que desde Vialidad le confirmaban la disposición a hacerlo, pero que “eso requiere un proyecto ejecutivo, la aprobación y un ámbito de contratación que lleva su tiempo”.
Mientras tanto, el cruce sigue siendo un peligro, más allá de la señalización que se realizó. Ojalá no haya que esperar otro accidente que para las acciones sobre el lugar vuelvan a estar en la agenda de prioridades.
