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El erotismo en la discapacidad no es un mito

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El erotismo en la discapacidad no es un mito
“Los derechos sexuales y reproductivos son derechos humanos”, remarcó Peirano

Cómo es una consulta sexológica en personas con diversidad funcional, los derechos reproductivos y respeto a los deseos de éstas. “Hay que sacar el tema de un lugar tabú”, aseguró

“Los derechos sexuales y reproductivos son derechos humanos”, remarcó Peirano

“La clave es la sexualidad, porque quien se siente bien con su cuerpo tiene una potencia que no tiene el que le han enseñado que su cuerpo no es atractivo, que no va a tener pareja o que la sexualidad no tiene que ver con él”.

Silvina Peirano es contundente al tratar de definir la importancia de sacar el tema de un lugar tabú.

Es profesora de educación especial y se interesó desde hace unos años en el mundo de la sexualidad y el erotismo en la diversidad funcional.

“Sencillamente podemos decir que todos somos diversos funcionales. Pero no es esto de ‘todos somos discapacitados’, no. Somos diversos funcionales en tanto funcionamos de distintas maneras, solo que hay algunos cuerpos que funcionan de una manera no estandarizada, pero que a la vez están estigmatizados por esa forma de funcionar”, aclaró la especialista que visitó la ciudad para dar un taller y una conferencia en el marco del Villa María Erótica.

-¿A qué apela la diversidad funcional?

-La diversidad funcional no apela tanto a lo que podés hacer, sino a lo que deseás hacer. Entonces viene a reivindicar que todas esas formas de funcionar son válidas, el problema está en los entornos que necesariamente convalidan el criterio de normalidad que nos autoadjudicamos nosotros para nuestra forma de pensar, de sentir y de hacer el sexo.

-¿Cómo es una consulta sexológica con personas con discapacidad?

-La consulta es como cualquier otra, sólo que la mayoría de los sexólogos desconocen del tema en la diversidad funcional. Nosotros pensamos que cada persona, independientemente de su forma de funcionar, tiene decisión absoluta sobre su cuerpo y sus decisiones afectivas amorosas.

No todas las personas con discapacidad desean o representan su sexualidad a través de los genitales. Y esas otras formas de hacerlo son tan válidas como el coito. Tal vez quieren sencillamente salir a pasear con la otra persona y eso es erotismo, o quieren estar recostados en una cama con alguien haciéndole caricias.

Los acompañantes eróticos pueden enseñarles cómo masturbarse sin lesionarse o cómo ponerse un preservativo. La realidad es que nadie quiere hacer ese trabajo.

-¿Es un tema tabú en la sociedad?

-Es imprescindible quitar el tema de un lugar de tabú. De esa construcción de pensar que el sexo es tabú, que la discapacidad lo es, que son dos temas que por distintas razones no nos atrevemos.

En principio creo que no nos atrevemos porque lo desconocemos, así como a nuestras propias sexualidades. Y desconocemos a esos que signamos como personas con discapacidad.

Hay casos tremendos de cómo se vive la sexualidad de las personas que están en instituciones. Les suministran métodos anticonceptivos sin su consentimiento, ligan trompas, hacen vasectomías, hay todo un temor no sólo a que tengan sexo, sino a que se reproduzcan.

-¿Cuál es el rol de las familias?

-Los profesionales juzgamos mucho a las familias, siempre les decimos todo lo que hicimos mal. Pero los pibes y pibas llegan a adultos y la sexualidad empieza a ser un problema: ¿qué hago? ¿Adónde lo llevo?

Definitivamente la sexualidad no es un problema para nadie, pero a esa edad se manifiesta con conductas que tildamos de desadaptadas pero que nosotros mismos hemos propiciado con restricciones, con falta de intimidad.

Lo que no le vamos a dejar hacer ya lo sabemos, el tema es cómo vamos a reafirmar los derechos sexuales y reproductivos, que son derechos humanos.

Quitar o eyectar la sexualidad del otro no es cualquier cosa.

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