La empresa alimenticia de origen brasileño BRF, que en la Argentina controla las marcas Sadia, Dánica, Paty y Green Life, invirtió dos millones de dólares en su planta avícola de Río Cuarto para lanzar una nueva línea de presas de pollo congeladas.

El lanzamiento forma parte de un plan de inversión global de 36 millones de dólares y se trata presas de pollo congeladas que son elaboradas en la planta de producción avícola de Sadia en esa ciudad, ubicada a 140 kilómetros de Villa María, con el fin de abastecer el mercado interno y consolidar una plataforma de exportación.

La inversión se destinó a la ampliación de la capacidad productiva y la adquisición de equipos para la línea S-Freeze, que le permitirán a la empresa duplicar la faena de pollo de 80.000 a 160.000 unidades.

Las presas de pollo congeladas son más saludables que el pollo que se compra fresco y se congela y no necesitan descongelarse para poder cocinarlas. Cuentan con un packaging innovador de porciones individuales con cierre Ziploc que asegura que se mantengan las propiedades nutricionales del producto.

Las presas de pollo congeladas se comercializarán en las principales cadenas del país, autoservicios, y tiendas de proximidad.

De acuerdo con información del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), durante la última década, el sector avícola creció sostenidamente en producción, faena, consumo y exportación. El consumo anual es de 45 kilos de pollo por habitante por año. El 82,1% de la producción se destina al consumo interno.

En la Argentina BRF da empleo a 2.500 personas en sus seis plantas productoras. Produce 17,3 mil toneladas de alimentos mensuales. Faena 625 cabezas de ganado vacuno por día y 80 mil pollos diarios.

EMPRESAS II – Una prueba en Japón – Semana laboral de cuatro días

Uniqlo, la cadena japonesa de tiendas de ropa que vende en 15 países, anunció ayer que a partir de octubre ofrecerá al 20% de sus trabajadores la semana laboral de cuatro días.

Hasta 10.000 empleados podrán acogerse a esa nueva modalidad laboral, que consistirá en trabajar 10 horas durante cuatro días (40 horas semanales) y descansar otros tres. Si los resultados son buenos, lo extenderán a todos sus empleados.

Tras 100 años cumpliendo con la semana laboral de cinco días, en los últimos años ha comenzado un movimiento que pide que el fin de semana sea de tres jornadas.

Esa alternativa ha comenzado a practicarse en algunas pequeñas y medianas empresas estadounidenses con la intención de facilitar la conciliación. Aunque, en el fondo, tanto en éstas como en Uniqlo lo que se pretende es encontrar fórmulas para retener a los empleados.