El mandatario volvió a remarcar que luchará contra las adicciones y temas como la deserción escolar pero de manera mancomunada con la sociedad
Vecinos del barrio Nicolás Avellaneda pudieron tener contacto ayer a la mañana con funcionarios de la Municipalidad de Villa María. Fue en el marco de la reunión de Gabinete que llevó adelante el intendente Martín Gill en la sede comunal de calles Salta y La Quiaca, en su objetivo de salir a los barrios a escuchar in situ los planteos de los ciudadanos.
Desde las 10, el mandatario junto a todos los responsables de las distintas áreas, expusieron lineamientos de gestión ante vecinos y escucharon sus inquietudes. Al término del encuentro, Gill dijo que esta es una “filosofía que tratamos de imponernos” y que cada 15 días irá a un MuniCerca, un centro vecinal, un centro de salud o una dependencia de esa naturaleza a hacer lo mismo.
Se eligió el Nicolás Avellaneda por ser un sector populoso y porque en la sede de calle Salta funcionan el Centro Integrador Comunitario, el Centro de Promoción Familiar con jardín maternal, el centro vecinal y el de atención primaria de la salud.
Recibió diversas inquietudes, algunas vinculadas a la seguridad. “Queremos trabajar como comunidad, luchar contra las adicciones, contra la deserción escolar, contra el analfabetismo, trabajar para una comunidad organizada y abordar los problemas que son comunitarios no sólo desde un gobierno sino todos juntos”, remarcó el intendente a la prensa.
“La intención de la gente es de tirar todos para un mismo lado”, valoró.
Auditoría externa
Por otro lado, se le consultó sobre el pedido de auditoría externa efectuado por la oposición.
Dijo que a nadie se le negará información, que éste es un municipio de puertas abiertas y que la decisión política es responder todos los planteos. Señaló que recibió una comuna “con enorme mejora” respecto a la recibida por Eduardo Accastello en 1999, cuando “la deuda pública superaba el presupuesto” y remarcó que si bien “hay una realidad compleja” por el contexto nacional, provincial e incluso local, el municipio está en condiciones “infinitamente mejores a las de aquella oportunidad (1999)”.
En todo este marco enfocó que el Gobierno municipal “ha tenido un tribunal de cuentas con mayoría de la oposición” y que “cuando existieron dudas se hicieron los planteos en el orden judicial”.
“Nosotros estamos relevando las causas judiciales, efectuando un relevamiento de los bienes que posee el municipio para poder reorganizar y repatrimoniar, y hemos mandado al Concejo Deliberante dos ordenanzas, la del gobierno abierto y la creación de unidad de auditoría interna que abarque toda la gestión municipal no sólo en lo económico, sino también a los entes descentralizados y a los procesos de gestión para tener mejora continua en los procesos”, enunció Gill.
