La licenciada en Ciencia Política, Sara Perrig, integra el equipo del PUHAL, un programa destinado a investigar la participación política y social de las mujeres en Villa María desde 1999 a la fecha
Desde aquellas que iniciaron el Club del Trueque a fines de los años 90, hasta las que impulsan un comedor solidario o están militando en política: el trabajo de investigación de biografías de mujeres de esta ciudad espera incluirlas a todas.
EL DIARIO dialogó con Sara Perrig, quien está coordinando el área de capacitación del Programa Universitario de Historia Argentina y Latinoamericana (PUHAL), que impulsa la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación.
«El proyecto se titula Participación política y social de mujeres en Villa María, desde 1999 a la actualidad, e implica no sólo la investigación de las biografías, sino también la divulgación. Es por eso que habrá jornadas, cursos de capacitación y publicación de cuadernillos con esas historias, que se distribuirán en las escuelas», explicó Perrig.
«La idea es rescatar el papel local de las mujeres en esta ciudad. De las que están en organizaciones, en partidos políticos y también desde su cotidianeidad».
Explicó que no abordan el trabajo desde la perspectiva del pensamiento sobre género de esas mujeres, sino de su intervención y su pensamiento sobre todos los temas: política, economía, sociedad.
Perrig hizo su tesis de grado en la Licenciatura en Ciencia Política de la UNVM sobre la historia de Eva Perón y luego obtuvo una beca en el Conicet para investigar las biografías de mujeres de Argentina en el siglo XX.
«En ese trabajo -que este verano podría estar impreso- buscamos a las mujeres que tenían participación identificándose con partidos políticos, pero también de aquellas que intervinieron en organizaciones, como la Iglesia Católica o en grupos de intelectuales», dijo.
Destacó, como ejemplo de ese trabajo en el Conicet, la figura de Angélica Knaak Peujer, católica que escribió los principales artículos de la revista Criterio. «Sin embargo, el relato histórico hegemónico la invisibiliza».
Si se «googlea» el nombre de esa escritora, se pueden encontrar algunos de sus libros publicados, «pero no una biografía».
Asegura que la documentación para elaborar el trabajo no está oculta. «Al contrario, me desbordó», señaló.
«En la sede del Partido Comunista tienen un sótano con muchísimos documentos, hasta cartas manuscritas de dirigentes mujeres. También revisé revistas y libros que son las mismas fuentes de historiadores que no miraron o no destacaron el rol de esas mujeres. Porque la historia está escrita por hombres que consideraron importante sólo lo que hacían otros hombres», dijo.
Para correr el velo de esas mujeres «invisibles» es que está dedicando las horas de su investigación y con una perspectiva original. «No buscamos lo que piensan o hacen en torno a la defensa de género, sino lo que piensan de su realidad. Es interesante saber lo que dicen sobre el fascismo o el comunismo, por ejemplo».
Finalmente, dijo que más allá de las diferencias actuales («no es lo mismo una mujer en el conurbano que en la Capital»), encuentra un decidido avance «en la ampliación de ciudadanía y en la conquista de derechos».
