Inicio Culturales “Nuestros discos van creando una realidad, más que ir describiéndola”

“Nuestros discos van creando una realidad, más que ir describiéndola”

0
“Nuestros discos van creando una realidad, más que ir describiéndola”

Una de las bandas con mayor convocatoria en la actualidad regresa a nuestra zona para despedir el álbum “Paradojas”. En diálogo con EL DIARIO, el cantante da pistas sobre el presente y futuro del grupo

En agosto del año pasado, Las Pastillas se había presentado en Mundo Rojo ante una gran concurrencia

Es letra, barba y vozarrón icónico de una de las bandas más destacadas de los últimos tiempos en la escena del rock nacional.

Juan «Piti» Fernández, líder de Las Pastillas del Abuelo, regresará hoy a nuestra zona para despedir el álbum «Paradojas» (2015), el mismo que el año pasado se había presentado en Mundo Rojo, ante una gran concurrencia.

Tanto ha crecido este grupo, que se hiciera conocido popularmente en los primeros años 2000 con el tema «El sensei», que actualmente ya puede amalgamar temas nuevos con «clásicos», según precisó el cantante que dialogó con EL DIARIO antes de su presentación de esta noche en el Club Prado Español de Villa Nueva.

 

Una lista «contundente»

«Lo que estamos tratando de hacer -comentó- es unir a ‘Paradojas’ con los clásicos. Esa fue la idea que tuvimos en el Festival Nuestro (en Tecnópolis), era la idea de cerrar el ciclo de ese disco y darle paso a otro que será en vivo con las canciones más asentadas que tenemos. Para los shows armamos una lista muy homogénea y contundente con muchos temas bien arriba. Temas de ‘Paradojas’ como ‘Inercia’, ‘La creatividad’, ‘Rompecabezas de amor’ o ‘Permiso y prometo’ se cantaron tanto que van muy bien con ‘Tantas escaleras’, ‘Desde la postura’ o ‘Qué pretendo no saber’, que tocamos desde hace mucho tiempo. Pero, por ejemplo, no hacemos ‘El artesano’ ni ‘La ansiedad’ y ‘Saber hacer’ sólo a veces. A ‘Gigantes’ lo hicimos en los shows grandes, pero en las otras plazas no porque baja un poquito el nivel de fiesta».

-Ahora, ¿no te suena tan extraño que ya puedan hablar de clásicos del grupo?

-Hace unos cuatro años que nos viene pasando esto. Al principio, por supuesto que no, porque no teníamos los años suficientes para que sucediera. Pero a los 10 o 12 años ya tenemos una o dos generaciones que te dieron bola. Por ahí no conocen temas de Los Redondos tanto como uno, pero sí de Las Pastillas.

-El año pasado, el baterista Juan Comas decía a este medio que les gustaba «romper con las estructuras musicales». ¿Siempre fue la impronta de la banda?

-Sí, sobre todo al principio. Veníamos de la década del 90 donde se valoraba la diversidad de estilos. Babasónicos empezó a investigar en máquinas y Bersuit en cruza de estilos. Nosotros escuchábamos Redondos, Sumo, otros Almafuerte, pero todos seguíamos a la Bersuit.

 

Encuentros con Sabina

-Hace poco contaste de un encuentro que tuviste con Joaquín Sabina, uno de tus referentes. ¿Cómo resultó esa experiencia?

-En realidad, tuve dos encuentros en mi vida y fueron muy locos. El primero fue cuando tenía 17 o 18 años. Le había pedido una frase para una canción después de seguirlo en el taxi en Buenos Aires hasta un café que se llama Clásica y Moderna. Y me dijo: «¿Qué te pensás, que hago frases en el camino?». Lo mío fue muy inoportuno, ya era demasiado de madrugada. Pero exactamente lo que me dijo lo usé en una canción («Clásica y moderna»). Y la otra, más reciente, fue a través de Bebe Contepomi (conductor de «La Viola”), que me dejó entrar a su camarín. Y le regalé un libro de Jodorowsky, de quien me imaginaba que era amigo de él. Y Sabina me lo reconfirmó y hasta me contó que le recetó un acto psicomágico.

-Días atrás subiste un vídeo a las redes en apoyo a los trabajadores de SanCor. Significa que no sólo las letras de Las Pastillas tienen cierto compromiso social, sino también expresan acciones directas.

-Sí y más que todo cuando hay amigos que están en esa situación. Un compañero de allá me llamó y pensé que podía dar una mano a él y a todos. Uno a veces no les da bola a esos temas porque le tocan de cerca, pero hay que apoyar. De todos modos, desde el primer disco que sacamos el tema «Oscarcito» (de «Por colectora», 2005) siempre hubo una inquietud no sé si política, pero sí social en el grupo. No solo hay que ver a los que les va bien, la noche o la joda, sino que hay estar atentos a los que la pasan mal.

 

Lectura visionaria

-El disco «Crisis» (2008) fue muy puntual al respecto.

-Lo más loco es que los discos nuestros parece que van creando una realidad, más que ir describiéndola. La crisis de verdad (N. de la R.: se refiere al conflicto con el campo) se desató seis meses después de haber salido ese disco. Cuando lo ves a nivel histórico parecen contemporáneos. Lo mismo pasó con «Desafíos» (2011), en una época muy kirchnerista donde se estabilizaba todo o eso parecía y de repente se olía en el aire la voluntad de desafío que tenían todos. Y «Paradojas» también porque fue anterior a las elecciones (de 2015), donde uno se sentía en una paradoja de votar a Scioli o a Macri, que eran lo mismo para algunos de nosotros.

-¿Creés que el nuevo disco de estudio va a «crear» una crisis más profunda?

-Andá a saber. Lo que sí, vamos a generar una obra con personajes. Es para poder componer en tercera persona. Con el correr del tiempo nos dimos cuenta de que hay dos etapas en nuestras letras: un 50% contada en primera persona y el otro 50% en tercera. En la parte introspectiva entra esta trilogía de «Crisis», «Desafíos» y «Paradojas», donde todas las preguntas son en primera persona. Y ahora quiero salir un poquito de ahí para que la gente se identifique con más facilidad. A veces cuando uno habla en primera obligás al otro a decir cosas que tal vez no siente, mientras que en tercera uno adopta el personaje para uno o para un amigo o para un conocido.

 

Hecho en familia

-¿Cómo ha nacido tu reciente proyecto solista «Conmigo mismo»?

-Son canciones que tienen que ver con un libro de mi abuelo que retomamos los nietos para hacerlo realidad. Es una alegría enorme hacer algo con la familia, con los sobrinos, primos, con mi hermano.

-Una pregunta tonta: ¿ese abuelo es el mismo al que se refieren en el nombre del grupo?

– La verdad que no. Se puso ese nombre porque sonaba gracioso y no pensamos en ningún abuelo en especial. Fue puro acto de marketing. Nunca le robamos las pastillas a nadie, aunque tal vez después hayamos hecho cosas peores (risas).

 

Juan Ramón Seia

 

Hacia un nuevo Teatro Ciego

Piti Fernández adelantó que la banda se apresta a tocar en agosto en el Luna Park y posiblemente en la reedición del «Barrock» y a «cranear» para dentro de dos años una segunda versión del Teatro Ciego, una inusual y exitosa experiencia desarrollada por primera vez en 2014 en una sala totalmente a oscuras de La Trastienda. En aquella ocasión, el eje temático giraba en torno al disco «El barrio en sus puños», dedicado al legendario boxeador Oscar «Ringo» Bonavena. «Esta vez será una obra conceptual sobre un personaje muy popular, como lo fue Ringo para el Club Huracán, ahora lo será para el mundo», acotó.

Print Friendly, PDF & Email