Fue un simulacro en el que participaron bomberos y con el que se buscó prevenir y mitigar consecuencias mayores ante un suceso de riesgo

Todo comenzó cuando ante la segunda histórica creciente del Ctalamochita de los últimos tiempos (la del verano pasado), empezó a brotar agua por la calle Modesto Moreno, ante la maniobra de desagüe en otro sector de la ciudad. Entonces, “las madres comenzaron a llegar desesperadas” a la escuela para retirar a sus hijos, temiendo una inundación.

Eso, sumado a “que estamos a metros de una ruta pesada como es avenida Libertad, en donde circulan camiones de todo tipo”, lo que los hace presumir que pueden estar expuestos a la explosión en uno de esos rodados (o bien a una situación similar con la cocina del establecimiento), llevó al Centro Educativo República de Bolivia a realizar ayer un simulacro de autoevacuación que es parte de un plan iniciado en octubre del año pasado.

EL DIARIO estuvo en la institución dirigida por Stella Faró durante el evento: pasadas las 10 comenzó a salir humo por todo el patio, ante una simulación que concretaron Bomberos de Villa Nueva, y poquito después comenzó la salida de los chicos. Lo hicieron de manera rápida y eficaz, en forma ordenada, y se evacuaron en la Casa de la Cultura, ubicada enfrente.

La directora indicó a este diario que la iniciativa buscó que se lleven a la casa de cada uno las medidas preventivas ante una catástrofe, como por ejemplo, qué hacer con la electricidad, el gas, las ventanas y demás. También, aprender técnicas de primeros auxilios, que fueron dictadas por bomberos a alumnos de todos los grados. “Queremos que el colegio sea un semillero para la Escuela de Cadetes de Bomberos y para Defensa Civil”, apuntó. Acotó que “ante esta individualidad y apatía por el otro que se presenta en la sociedad actual, es necesario romper esa postura y pregonar la solidaridad y la ayuda”.

Y subrayó la importancia de quienes hicieron de coordinadores: cuatro estudiantes por grado, que buscaron que sus pares no se pusieran nerviosos y que tuvieron una decisión clara y rápida ante la simulación de un evento peligroso. “Queremos salvar la mayor cantidad de personas ante una catástrofe imprevista. Uno nunca sabe qué puede pasar”, redondeó.