Motorblues volvió a los escenarios luego del fallecimiento de César Bravín y tocaron todos sus músicos amigos. Fue en una emotiva jornada de la que participó toda la familia del artista

Estaba ahí, pero nadie sabía bien dónde. Por momentos bajaba a zapar con el gordo Cabral, otras veces ayudaba a Oscar, su viejo, a terminar de pintar una obra en vivo abajo del escenario que se montó anoche en la plaza del Parque Norte, y luego volvía a subir para tomarse una copa con el Carpo, en alguna nube.

El espíritu y la esencia de César “Titina” Bravín estuvieron presentes anoche en ese barrio, el mismo que contiene una calle con su nombre y otra con el de Daniel “Monky” Tieffemberg, un entrañable amigo de él y de todos los que subieron a tocar ayer en lo que fue el regreso de Motorblues, la banda que lideró Bravín.

La banda Rehenes Voluntarios fue la encargada de abrir la actividad en el escenario, en el marco de una feria barrial organizada por el MuniCerca, oportunidad que se aprovechó para homenajear a ambos artistas.

Posterior a eso, Gastón Nigro y Ale Argüello tomaron la guitarra y la batería, respectivamente, para concretar la vuelta de Motorblues, que tuvo a Fran Giusti en el bajo, instrumento que ejecutó Bravín hasta el día de su muerte.

Desde el arranque acompañó Jorge “el Gordo” Cabral, amigo cercano de los extintos personajes de la cultura villamariense, y luego hubo invitados como Sergio Alonso, Gustavo Rovira (primer guitarrista de la banda) y Juanito Bravín, uno de los hermanos de Titina.

Entre los presentes se encontraban familiares y amigos de los homenajeados, entre los cuales estaba Oscar Bravín, que agarró los pinceles para concluir una obra al pie del escenario.

Una noche más que emotiva en un barrio donde Titina y Monky ya se respiran en las calles.