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“Todos hemos sido responsables de la pobreza”

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“Todos hemos sido responsables de la pobreza”

Nació en la ciudad de Buenos Aires el 21 de junio de 1956. Está residiendo en Córdoba desde 1974. Casado, dos hijas. Abogado. Comenzó su militancia a los 15 años en el Colegio Nacional de Buenos Aires, en una agrupación secundaria que respondía al peronismo. Ocupó diversas posiciones dentro del PJ hasta que se fue con Luis Juez al armar el Partido Nuevo que luego se transformó en Frente Cívico. Fue congresal nacional del PJ, convencional constituyente, asesor letrado de la Municipalidad de Córdoba, vocal del Tribunal de Cuentas, entre otros cargos, y diputado nacional. Actualmente es senador nacional por Cambiemos y presidente del Frente Cívico y Social de la Provincia de Córdoba

Escribe: Nancy Musa
De nuestra Redacción

Es un dirigente serio, responsable, que con los años adquirió la templanza y el equilibrio necesario para analizar la realidad y relacionarse en el convulsionado ámbito político. Detrás de su formalidad y de su aspecto protocolar se encuentra un hombre de fuertes convicciones, apasionado por lo que hace y convencido de que el consenso, la fortaleza de los partidos y el debate de ideas son los pilares para soñar un país mejor, con mayor calidad de vida para la sociedad en su conjunto.

Podríamos haber estado horas hablando, es un cuadro formado en la militancia en tiempos de dictadura y tiene demasiado para decir, cosas que expresó y otras que quedaron en el tintero por obvias razones.

Ernesto Martínez eligió su lugar junto a Luis Juez. Y allí se quedó cruzando el desierto en los momentos más difíciles y allí seguirá porque está seguro de que siempre hay un oasis para descubrir.

 

¿En qué situación se encuentra hoy el Frente Cívico?

Estamos con un presente acuciante, pero con un futuro que consideramos de lucha, persistencia, permanencia. No es fácil crear un partido político, como lo hizo Luis, es muy difícil mantenerlo y mucho más difícil visualizar un futuro en un sistema que corroe o desprecia a los partidos políticos y siempre opta por figuras individuales, muchas veces mediatizadas que cuando ese efecto se disipa no vale nada.

Creo en la militancia política, creo en los partidos políticos, creo en las ideas que conforman los cuerpos, me gustaría morirme viendo en la Argentina un sistema de partidos consolidados donde estén los partidos históricos, la derecha, la izquierda, pero que se dirima todo en senos institucionales, no en debate hasta risueños como son los que se dan ahora en televisión o en distintos medios.

 

Teniendo su origen en el peronismo, bajo el gobierno militar y en épocas muy duras para la militancia cuando observa el panorama que se presenta hoy para los partidos históricos, ¿qué sentimientos le produce?

Siento la sensación que esa dureza que vos me estás reflejando, que hace a los años juveniles o a los años mozos, como se decía antes, las cosas se hacían por pura pasión, por puro corazón, asumiendo riesgos de vida y hoy veo una tendencia en la dirigencia en todos los órdenes, político, gremial, empresarial, a la ventaja rápida, al mercantilismo, al utilitarismo, a lograr posiciones de un día para otro, que no condice con esa pasión de la política que yo viví siendo muy joven.

Los muchachos no pedían nada, no aspiraban a ningún puesto, no aspiraban a ser ñoquis, se la jugaban para bien o para mal, pero siempre pensando en las ideas.

No se pedía nada, había que salir a jugársela.

 

¿Qué expectativas tiene en este momento para el país, con todos sus conflictos, con la grieta?

Mirá, soy un hombre grande, tengo 60 años y la grieta es dolorosa, no se la puede ignorar. Y hoy la grieta pasa más por el Gobierno de Cambiemos, que le ganó una elección al peronismo lo cual es muy difícil, y del otro lado un liderazgo muy fuerte que es el de Cristina.

Ese liderazgo fuerte creo que tiene ese déficit del que estamos hablando, no representa un partido político, representa el cristinismo y en tanto y en cuanto ese cristinismo tenga la expectativa, que sigue teniendo, el peronismo no se va a poder conformar en una fuerza orgánica donde prevalezcan las ideas de los que tengan más fuerza interna. Y pueda presentarse a elecciones representando un pensamiento común.

Cuando sólo se está pensando en el poder de una persona por sí misma, que es el caso de Cristina, complica todo.

Todavía, el justicialismo no ha hecho catarsis del tema Cristina y le va a resultar muy difícil porque Cristina tiene votos y no tengo dudas de que en octubre va a ser candidata, se va a presentar por Cristina, por su propio poder, que no son votos de un partido político.

No son votos de un partido conformado, con modernidad, que sabe que debe superar no sólo la grieta, que es una cuestión de fanatismo, sino una situación económica que es inviable.

No se puede transitar desde una emisión descontrolada, con déficit y subsidios a otro extremo que es endeudarse para sostener un aparato del Estado que es carísimo.

 

No logramos el equilibrio

No logramos un equilibrio o una comunidad en puntos básicos que lleven a la Argentina adelante, y eso lo deben hacer partidos políticos, no figuras individuales. No lo pueden hacer ni Macri ni Cristina y en Argentina no hay partidos políticos.

Te reitero, lo lamento, lo vengo viendo desde muy joven y veo que ya a mi edad, y a lo que me queda, lograr un sistema de partidos que se pongan de acuerdo en los ejes centrales es muy difícil.

Tenemos un campo que da progreso a grandes zonas, como la de ustedes, y al lado de eso una cosa desigual como son los grandes conurbanos, incluso Villa María, que tienen los índices de pobreza que nos avergüenzan a todos.

Y todos somos responsables, ni Macri ni Cristina ni Alfonsín ni Menem, todos somos responsables, todos los partidos políticos, toda la dirigencia hemos sido responsables de esta realidad.

Usted hace unos kilómetros hacia cualquier punto cardinal de Villa María y ve una riqueza exuberante, sacando alguna crisis de momento, y llega a un cinturón que rodea a Villa María de pobreza y da ganas de llorar.

Esta desigualdad va a explotar, no se puede mantener, no es sustentable en el tiempo y las grietas que se originan en liderazgos individuales no lo resuelven.

 

En este aspecto, ¿usted cree que Cambiemos le encontró la vuelta para ir cerrando esas desigualdades o todavía está piloteando, por así decirlo?

Tiene la idea, tiene el concepto que la generación de trabajo en blanco es lo que va sacando de la pobreza.

Esa idea está, es inamovible, celebro que estos son reportajes de una absoluta sinceridad, el tema es si el tiempo da. Usted puede tener el rumbo trazado, creo que el camino está delineado, el tema es que los tiempos políticos alcancen para todo eso.

El acuerdo ayudaría muchísimo, muchísimo. ¿Qué tiene Cambiemos en contra de la actividad sindical? Nada. Al contrario, le ha aportado los fondos de las obras sociales, todo lo que Cristina le había retaceado.

¿Qué tiene en contra de las organizaciones populares que se van consolidando? Nada. Las asiste socialmente, hay 30 mil millones para los próximos tres años y eso salió por ley.

Pero en esto tienen que ponerse de acuerdo, por supuesto los sectores extremos nunca, pero los que conforman un gran centro en la Argentina y creo que tanto desde Cambiemos como desde el peronismo se puede lograr que la sensatez prime, que prime el equilibrio.

A eso hay que llegar, nosotros avanzamos con el campo, pero no cubre todo, los grandes centros urbanos no alcanzan a derramar lo que el campo produce.

Hay una marginalidad que lleva al narcotráfico, que lleva a tomar la droga como una fuente de trabajo y esto hay que asumirlo. Nosotros lo tenemos que enfrentar.

No con fantasías, dando pasos hacia adelante.

 

No parece tarea fácil

Es que si frente a esta realidad, está “yo soy la reina y quiero volver porque soy la más linda”, no vamos a ningún lado.

Y si del otro lado dicen “no, nosotros somos los chetos (se ríe) o los mejores que hemos cruzado por este país”, no va. Se cometen errores todos los días y no alcanzan con las explicaciones. Hay que reparar esos errores, corregir el rumbo, salir de los personalismos.

Pienso que Mauricio Macri no tiene una concepción personalista de la política y eso es bueno.

El habla permanentemente de equipos. Sí, me gustaría que tuviera una idea más partidaria, reconociendo, desde luego, que los votos en un sistema presidencialista, corresponden al que llegó a la primera magistratura.

Pero, me gustaría que en un ámbito de discusión o debate de ideas se tomaran las decisiones.

 

¿O sea que a este Gobierno le estaría faltando política?

No le falta política, es demasiado general el término. Le está faltando seguramente discusión con aquellos sectores políticos y sociales que contribuyeron a llevarlo al poder. Y puede tener cierto encierro en algunas personas que contribuyeron a su llegada, que han sido indudablemente inteligentes, eso ha servido en la etapa electoral.

Pero ahora hay que consolidar la base política, eso es lo que falta, un gobierno de base política más amplia, de fuerte base política y amplitud. Eso se logra ampliando para todos lados su masa crítica, tanto para los partidos, para los sectores gremiales, los sectores culturales, religiosos.

Hay que tener un gobierno de amplia base política, nunca se va a poner de acuerdo Cristina porque es una cuestión individual, pero sí se puede poner de acuerdo el peronismo porque no todo el peronismo está en eso.

Sin que esto signifique un gobierno de reparto o de coalición. Un gobierno de coalición fue la transición de Duhalde donde había tres ministros radicales por recomendación de Alfonsín, pero Duhalde lo quería para tener el apoyo parlamentario y comprometer la salida.

El apoyo parlamentario nosotros lo vamos logrando, ahora hace falta que se visualice que este es el gobierno de la mayoría de los argentinos y falta un poco para eso. Ni siquiera creo que pase por ganar o perder las elecciones legislativas, pero sí el gobierno necesita un consenso general que eso lo hace la política, no el marketing.

 

¿Hablando de las legislativas de 2017, cómo se está preparando el Frente Cívico?

El Frente Cívico se prepara como parte de Cambiemos, reclamando el respeto que nos hemos ganado a lo largo de 14 años de existencia. No tenemos un siglo, ni tenemos poquitos años como el PRO. Pero sí tenemos un nivel de audacia comprobada que creo le tiene que servir a cualquiera. Que nosotros somos capaces de plantarnos y luchar en cualquier escenario contra quien sea.

Contra De la Sota que va a ser el candidato de Unión por Córdoba, contra el Gobierno provincial si quiere que los temas se provincialicen, contra Cristina con la cual tenemos algunas deudas pendientes que vienen de la elección de 2007, pero bueno, no son rencores, son situaciones políticas que nos hacen incompatibles con esa línea.

Y en tal sentido tenemos derecho a ser parte de las listas, lo vamos a reclamar, y si es posible con nuestro mejor candidato, con el que más voto junta dentro de Cambiemos, aun pudiendo pensar que Luis Juez por sí mismo saca los votos necesarios para ser diputado nacional.

Pero estamos en algo superior a eso, en algo más amplio y eso tiene que reconocerse.

Esto va de la mano con algo que seguramente me va a preguntar.

 

Acertó, le iba preguntar si Juez tenía ganas de volver.

Sí tiene ganas de estar en Argentina, tiene intenciones de hacer política en Argentina, como diputado nacional o en el lugar que mejor convenga para los intereses del Gobierno del cual formamos parte porque somos fundadores del frente Cambiemos.

¿Quiere venir? Sí, tiene ganas de venir, cómo se dará esto, el tiempo corto o largo lo dirá. Esperemos que sea lo más corto posible.

En ese marco está la posibilidad de que integre la lista de diputados nacionales.

 

¿En qué estado se encuentran hoy las bases del Frente Cívico?

Incólume. Muy bien, los que han jugado de pasada o como hechos fugaces o están en su casa o están al cobijo de algún lugar de poder. Fundamentalmente del Gobierno provincial.

En Villa María, el grupo inicial nuestro, el doctor Jorge Valinotto, el equipo que lo ha acompañado siempre se han mantenido cerca nuestro, siempre tras la figura de Luis Juez. Hoy veo con satisfacción la activa participación de dirigentes jóvenes.

Dos cosas le voy a señalar, ni en Villa María ni en la provincia de Córdoba, mucho menos en la Nación, hay reproches éticos hacia la figura de Juez o hacia el Frente Cívico.

Sí puede haber objeciones hacia actitudes que se tomaron en forma equivocada, uno debe hacerse cargo cuando comete esos errores.

Pero no somos investigados por nada, ni en cuatro años de Municipalidad ni en seis años de senador de Juez, ni los diputados nacionales incluyendo a Valinotto ni en todos los lugares de poder en que hemos estado. No tenemos reproches de otro tipo.

Y siempre hemos sido generosos y creativos. Sin ir más lejos, la candidatura del doctor (Juan) Zazzetti donde nació, de Valinotto y el Frente Cívico y fue un candidato excelente que tal vez con un empujoncito más hubiera sido intendente.

Ahora se alineó con el PRO, está bien, nos parece perfecto, rescatamos su persona.

Pero esos actos de audacia que tenemos de elegir personas que nos puedan representar muy bien, los reivindicamos y lo vamos a seguir haciendo.

Hemos venido a la política para eso, no para buscar un conchabo que nos pueda dar Schiaretti o De la Sota porque dejaríamos de ser una individualidad partidaria para ser empleados de un gobierno provincial o municipal.

 

Muchas figuras pasaron por el Frente Cívico.

Sí, muchos pasaron y se hicieron conocidos, llegaron a posiciones de poder. Campana llegó a vicegobernador, lo inventamos nosotros. Giacomino fue intendente de Córdoba, también lo trajimos nosotros, multitud de intendentes que hoy están en el PRO o en algún otro lado. En fin, por todos lados y ni hablemos de los cargos legislativos que supimos conseguir (risas).

 

Que supieron conseguir para los otros.

(Risas) Y bueno, a los muchachos muchas veces les gusta más el calor del poder que el frío de la soledad política y del desierto que hay que saber atravesar.

Nosotros hemos atravesado más de un desierto, ahora no estamos en el desierto, somos parte de un armado nacional, pero cuidado, cuidado que en cualquier momento se nos presenta otro oasis.

 

Lo voy a llevar atrás en el tiempo, ¿cuando era niño soñaba con ser político?

Sí. Cuando uno es chico siente que la política lo atrae, así como sabía que iba a ser abogado, porque imagina valores de justicia, ya sea como abogado o como político. La forma de equilibrar la sociedad o de buscar la igualdad es a través de la política, no hay otra.

Y eso lo que yo veía desde chico, para que la gente esté mejor, para que todos sean iguales ante la ley y la sociedad hay que pasar por la política.

 

¿En la mesa familiar se hablaba de política?

Siempre fue un tema, no obstante, mis padres no tuvieron nada que ver con la política ni fueron dirigentes. Pero siempre fue un tema de interés.

Mi papá trabajó e hizo toda su carrera en Entel y en mi caso valoro ese capital social que son las empresas estatales, que han posibilitado el ascenso social de vastísimas capas, como el ferrocarril, obras sanitarias o la energía en su momento.

Después los ámbitos en que me he educado profundizaron mi interés político, fundamentalmente el colegio secundario.

 

¿Por qué en esa etapa de su adolescencia eligió militar en las filas del peronismo?

Estamos hablando del año 70, 71, era para nosotros los jóvenes la oposición real a la dictadura militar. ¿Cuál era lo más cercano al equilibrio o a la palabra que usted utilizó justicia social? El peronismo. ¿Cuál era lo más afín a esa idea de Estado de bienestar? El peronismo.

¿Quién nos abrió las puertas sin preguntar, sin pedirnos de dónde veníamos? El peronismo, que estaba abierto para todos.

Por supuesto, tenía su liderazgo indiscutible y por debajo de él se generaron miles de contradicciones que finalmente estallaron. Es un déficit, Perón con todo lo que fue nunca pudo construir un partido que resolviera sus contradicciones en su propio seno.

No había tampoco una coherencia que llevara a una persistencia en el futuro. Dice un periodista cómico, o no sé qué rol cumple, que “el peronismo es un recuerdo que junta votos”.

Y es lamentable que se diga así, porque el peronismo es una fuerza política histórica y junto con el radicalismo fundadora del sistema institucional argentino.

Y a mí me gustaría verlo convertido en un partido político de ideas y no en un sistema de partidos provinciales donde quien se erige en caudillo provincial, fue Menem y fue Cristina, se lleva todo y por debajo todos obedecen.

Eso me ha rebelado y es una de las cosas por las cuales no estoy más en el peronismo.

 

En esos instantes en que uno se pone a pensar en lo vivido, en su trayectoria, usted hace de los 15 años que está en la política, ¿alguna vez meditó sobre cuál fue el momento más triste?

(Pausa y suspiro) Usted pregunta mucho (sonríe). Los momentos más tristes son dolorosísimos.

Le voy a decir una cosa y no lo tome como un acto de pedantería, en lo absoluto. Hoy tengo el equilibrio y la prudencia que me dan los 60 años. Pero el golpe militar de marzo de 1976 a mí me agarra con 19 años, a cumplir 20. Le dije a mi padre en la madrugada del golpe, escuchando la radio: “La noche que se viene”. Me acuerdo como si fuera hoy.

La lucidez de un pendejo de 19 años de decir “la noche que se nos viene y comparándolo”, sin involucrar a ningún joven, con mis hijas que son chicas inteligentes y han mamado de política toda su vida, se me ponen los pelos de punta al pensar que dije eso y era porque lo sabía, lo veía venir.

Recuerdo eso, recuerdo el llanto de mi madre cuando volvió de la universidad y mi hermano que me sigue (somos cuatro varones) no se animó a ir él y la mandó a mi madre. Siempre son las madres las que ponen el pecho, él la mandó a ver qué pasaba porque en abril empezaban las clases, volvió llorando porque lo habían expulsado y prácticamente el militar que lo sacó de la lista dijo que “no vuelva más”, le hizo un guiño para que se raje.

Y eso hizo y bajamos el perfil. Pero no voy a entrar en detalles.

En 2012 me tocó ser testigo de un juicio conocido como el juicio del comando radioeléctrico en la ciudad de Córdoba, donde se trató el fusilamiento de tres jóvenes universitarios. Fueron fusilados en un descampado y fui testigo cuando fueron levantados estos tres jóvenes de la Juventud Universitaria Peronista.

Fui a declarar como diputado nacional, con lo cual le quiero decir que la vida tiene muchas vueltas y el mundo es redondo y va a ser redondo siempre, también para los que no nos desean lo mejor a nosotros (sonríe).

Creo que eso es parte de lo triste y después vienen los favores de la vida, las cosas impensadas, Córdoba ha sido bendita para mí y termina en los honores que uno debe entender que son pasajeros. Hoy estás en un lugar y mañana podés terminar preso, perseguido.

El que no entiende eso no entiende nada, que se dedique a otra cosa.

 

¿Qué recuerda del día en que lo conoció a Luis Juez?

(Se ríe) Que nos peleamos (risas). Por supuesto, nos peleamos, lo conocí, él era muy joven, era muy amigo de mi hermano, el tercero. Lo venía conociendo y lo vi actuar en un congreso del peronismo donde se eligió la fórmula De la Sota y Gastaldi.

Y habló Luis Juez, era el último diputado de la lista, el último orejón del tarro y habló asumiéndose el último del tarro apoyando la candidatura de José Manuel de la Sota.

Y le puedo asegurar que en ese momento, el congreso que venía controvertido, Sella también era congresal, en ese momento el congreso se dio vuelta. Y después tomó la palabra De la Sota y fue una ovación.

Ahí pensé sobre Luis “este pibe sirve”. Este pibe tiene futuro, fue en 1987.

 

Y el tiempo se encargó de reunirlos.

El tiempo nos volvió a juntar, tuvimos una interna él por un lado, yo por otro, nos insultamos (se ríe), después estuvimos juntos en el Ministerio de Justicia, yo como director y él como fiscal anticorrupción y se armó lo que se armó frente a un delasotismo que se transformó en una cerrazón sobre sí mismo y no daba participación.

Juez expuso con valentía, con el clamor de una aventura cívica lo que debía hacerse, por eso nos llamamos Frente Cívico, y como llegar a la Municipalidad de Córdoba.

Y a partir de ahí siempre fui apoderado del pibe con el que habíamos discutido.

La desgracia nuestra creo que sobrevino fundamentalmente en 2007, donde muchos de los que hablan de que van para 20 años de Unión por Córdoba, a nosotros nos hicieron jugar de a tres teniendo la posibilidad de romper esa hegemonía.

Jugando de a dos, que lo intentamos, hicimos todos los esfuerzos, hoy no estaríamos hablando de 20 años de delasotismo y schiarettismo.

Algún día la historia lo va a reconocer.

 

La última, ¿cuál es su sueño hoy?

Dos cosas. Que la Argentina mejore, que su pueblo esté mucho mejor y que alcance a tener nietos.



Opiniones

Mauricio Macri
El hombre que conectó con la sociedad y logró ganarle a un cristinismo que pensaba tenerlo a Scioli seis meses, matarlo (literalmente), que asuma Zannini y hacer otra elección para que suba Cristina nuevamente.

Juan Schiaretti
Es un administrador que no tiene fuegos artificiales, pero que va llevando la cosa con un nivel de discreción que hace que la gente elija lo conocido, que les va cumpliendo sus sueldos y que va llevando la provincia. Es un contador que sin lucir lleva adelante la provincia.

Martín Gill
Sé que ha sido rector de la Universidad. Y cuando uno llega a esos lugares tiene un alto nivel de reconocimiento social porque facilita a esos ciudadanos que sus hijos concurran a la universidad. Visualizo, sin conocerlo personalmente, que esto es un plus a su favor. Me merece mi respeto y también por haber sucedido a una figura tan fuerte como la de Eduardo Accastello y en pocos meses tener una personalidad propia en la ciudad, lo cual no es tan fácil después de una sociedad tan fuerte de Accastello-Bedano que fue exitosa.

 


Me gusta
La política.

Me divierte
El juicio oral, me divierte defender.

Me entristece
Que la Argentina no salga, que no se estabilice, que la pobreza, el trabajo informal se profundice, me entristece que el país viva en la resignación pudiendo no estar en ese estado.

Me enoja
La búsqueda de la ventaja de corto plazo o el negocio por sobre la grandeza que significa la pasión y la vocación política.

 

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