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“Un docente es alguien que cuida y espera”, dijo el inspector Luna

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“Un docente es alguien que cuida y espera”, dijo el inspector Luna
“Si aun la obra no es tangible ni se pueda controlar, todos nosotros hemos pasado por esta maravillosa experiencia”, expresó el supervisor al hablar en el acto

El inspector dijo que en otras profesiones la obra realizada aparecía tangible al jubilarse, pero en la docencia no, por diversos motivos. Pidió a los profesores jubilados que permanezcan en el sistema

“Si aun la obra no es tangible ni se pueda controlar, todos nosotros hemos pasado por esta maravillosa experiencia”, expresó el supervisor al hablar en el acto
“Si aun la obra no es tangible ni se pueda controlar, todos nosotros hemos pasado por esta maravillosa experiencia”, expresó el supervisor al hablar en el acto

El inspector Enrique Luna calificó ayer a la docencia como “una experiencia maravillosa” y resaltó que una maestra o maestro “es alguien que cuida y espera”.

El supervisor ofreció un discurso en el acto oficial de la Municipalidad de Villa María en ocasión del Día del Maestro (ver páginas 12 y 13), que se conmemora hoy. Se realizó en las instalaciones de la Universidad Popular y contó con la asistencia de numerosos educadores.

En el marco de un homenaje a profesores recientemente jubilados, dijo que pensó “en otras profesiones donde pueden mostrar la obra al final del camino”, tales como “un arquitecto que podría contarle a sus hijos que tal o cual edificio fue diseñado por él o un ingeniero un puente”, algo que no sucede con el docente de manera tan palpable. “Cuando culmina su tarea no aparece la obra tan tangible, no tiene mucho para mostrar y aun cuando se la pudiera mostrar no podría atribuírsela a él en forma particular, sería en todo caso la obra de una comunidad o muchas. Por otro lado el proceso no se corresponde exactamente con los resultados, no podríamos siquiera controlar. Tampoco podríamos garantizar los resultados, no tenemos dominio absoluto sobre el proceso ni hay una relación de necesidad causal entre proceso y resultado”, describió. A la par de estas características, resaltó que “tenemos que enseñar en un espacio de un tiempo que también condicionan el hecho educativo, no es lo mismo enseñar en una escuela rural que en una escuela urbana, en un contexto más desfavorable económicamente que en otro no tan desfavorable, cada grupo y cada año es diferente y además sentimos la presión social porque nos dicen que quieren resultados”.

Admitió que “da la sensación que da ganas de jubilarse con esta descripción”, pero pidió lo contrario, no desanimarse. Dijo que hace poco fue abuelo y que cuando mira a su nieta piensa en que “necesita cuidados, y uno espera que esa personita sea mejor y uno procura darle lo mejor”, lo que lo llevó a recalcar que “un docente es alguien que cuida y espera”.

Asimismo subrayó que la docencia es transversal a la historia, a la sociedad y a la naturaleza misma del hombre, y enfatizó que “un hombre no puede desarrollarse si no se atraviesa por la educación”.

“Si aun la obra no es tangible ni se pueda controlar, todos nosotros hemos pasado por esta maravillosa experiencia”, sostuvo el inspector.

“Lo único que perfora el tiempo es la esperanza y los docentes somos los que estamos en esa tarea, de creer en el hombre”, añadió.

Además, les solicitó a los docentes recientemente jubilados que permanezcan en el sistema y explicó que en “una institución de más de 20 siglos como es la Iglesia Católica, a la edad de ustedes hace obispos”. “Miren si tienen para dar”, los animó.

“No hay otra vocación más linda y más noble que la docencia, porque atraviesa todo. Cuando uno piensa en soluciones profundas piensa en educación, todo pasa por ahí, no podemos cambiar al mundo decía uno, pero sí al hombre y así se cambia al mundo”, concluyó.

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