Con momentos de buen fútbol y algunos pasajes donde superó con amplitud a su rival, Universitario derrotó 4-1 a River Plate en el Pozo y se prende en la lucha

Escribe Beto Arce

Jugó cómodo, sin demasiados sobresaltos y casi nunca puso en riesgo la victoria pese a que cuando el encuentro estaba 1-2, el “millonario” capitalizó el envión anímico para lanzarse a campo rival, pero no fue suficiente.

El elenco “académico” exhibió una línea de tres bien definida (Sanabria, Picotti y Layus) que no tuvo inconvenientes y solucionó cada situación en la que intentaron ponerla en aprietos. Aguirre y Antonino (este último, de lo mejor que tuvo el partido) batallaron y coparon el mediocampo para ponerle escritura y título de posesión a una zona donde se gestó casi todo el partido; Acosta y Moretto trabajaron muy bien las bandas y siempre animaron a jugar. Moyano, una referencia de espaladas al arco y para devolverla redonda; Pratti la rompió y quebró todos los moldes de una estructura que fue desplomándose a partir de los goles; y Barengo recibió una dura falta que lo dejó a “medias” desde muy temprano.

El partido se abrió muy rápidamente producto de un gol casi desde los vestuarios. A los 6m Picotti lanzó desde su campo un pelotazo a posición ofensiva. Con una maniobra bárbara (casi de espaldas) Moyano habilitó a Pratti que apareció en soledad por la izquierda, y con la misma pierna definió cruzado: 0-1. La Uni pudo aumentar en un intento de despeje de Guevara que casi se transforma en gol en contra (15m).

El cotejo se abrió más aun a través de una expulsión. Sobre los 17m Bertholet le entró muy fuerte a Barengo en la tibia y vio la tarjeta roja directa, acción que provocó la furia de los jugadores locales ante la decisión del juez. Se lo quisieron comer y estuvieron a punto, justificándose que el delantero no tenía nada. En realidad se la aguantó y bastante, porque recibió un tremendo patadón que le dejó una notable marca en la pierna. Es cierto que era la primera falta intensa del partido, pero eso no quita que el juez haya interpretado válidamente una infracción violenta con roja.

Siempre Universitario manejó el partido y el dominio del balón así lo estableció. Siguió profundizando y estuvo a tiro de aumentar la cifra en cada ataque. Con un hombre menos, River trabajó más de la cuenta, no se resignó pero la parada estaba brava y a los 29m recibió otro duro golpe. El capitán Moyano falló en el cruce con el Chino Moyano y la pelota viajó a posición de Tomás Pratti, que gambeteó al arquero y cuando se quedaba sin ángulo para el remate lo sacó con mucha categoría para mandarla al fondo: 0-2.

Todo parecía indicar que la historia iba camino a una goleada, pero un minuto más tarde el Puma Rodríguez tomó el rebote que venía de una mano en el área (no sancionada por el juez) y con media vuelta sometió a Mellano para sellar un descuento esperanzador, pese a la situación adversa del resultado y un hombre menos.

En el ST el dominio de Universitario no mermó y a los 5m tras una gran jugada de Moretto casi llega el tercero. Luego de que Tissera intentara despejar la pelota, casi la mete en el ángulo y salió al tiro de esquina. De esa jugada llegaría un nuevo gol. Pratti ejecutó la pelota parada y la ubicó en cabeza de Antonino, que a la carrera y con potencia estableció el 3-1 (pegó en el poste antes de ingresar). Fue el tanto que prácticamente cerró el juego, más allá de que sobraba tiempo para que sucediera cualquier cosa.

Finalmente a los 24m Pratti volvió a apilar rivales (esta vez por derecha). Desparramó a Cabrera y Guevara en la persecución y cuando ingresó al área y recibió una dura infracción (no menos que la patada que Bertholet le dio a Barengo en el PT) de este último y Clesatti marcó penal. El ingresado Cipolat definió con un remate colocado y preciso y le bajó el telón 1-4.

No hay dudas de que Universitario aprobó el examen y la ilusión crece, sobre todo con una contundente goleada.

La figura 

Tomás Pratti Fue determinante en el partido. Convirtió los dos primeros goles con grandes resoluciones, ejecutó el tiro de esquina para que Antonino (el otro punto más alto del juego) marcara de cabeza, y le cometieron el penal para cerrar la goleada. Apareció en los momentos justos y luego salió lesionado.

El árbitro

Paul Cresatti Tuvo una discutible tarea producto de varios fallos compartidos con sus asistentes. De todos modos, no perjudicó a River pese al reiterado reclamo del banco y Universitario ganó bien. No se equivocó en la rápida expulsión a Bertholet. Después del 3-1 no tuvo problemas.