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Villa Nueva y la provincia en la época rosista

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Villa Nueva y la provincia en la época rosista

Escribe Luciano Pereyra
Segunda entrega

En 1848 se produce el fusilamiento de Camila y Vladislao, famosos por la película, un acontecimiento que despierta debates hasta nuestros días. En 1851 Urquiza irónicamente acepta la renuncia de derrota lo que básicamente se traduce como una declaración de guerra.

El 3 de febrero de 1852 el ejercito “grande”, compuesto por argentinos, uruguayos y brasileños derrota en Caseros a las tropas de Juan Manuel de Rosas, quien se exilia en Gran Bretaña.

El 30 de septiembre de 1989, tras 137 años de su fallecimiento en Southampton, Inglaterra, Los restos del Restaurador son repatriados a nuestro país.

La década 1810-1820 dejó secuelas en el territorio de las Provincias Unidas del Río de la Plata. El nuevo país debía organizarse y era necesario recomponer la economía de las distintas regiones; esto significaba poner en discusión aspectos en los que no todos coincidían.

En 1820, en nuestro país se inicia un período que se caracterizó por la dificultad que tuvo la nueva organización política para unirse en un proyecto nacional que representara los intereses de las provincias y a todos los sectores sociales. Los intentos de sancionar una constitución habían fracasado; Buenos Aires y las provincias no podían ponerse de acuerdo sobre las formas de organizar el país sin que se perjudicaran los diferentes intereses. Así, se fueron sucediendo gobiernos que buscaron dar respuesta a esos problemas y se fueron organizando sectores políticos que lucharon por imponer sus ideas.

Cuando hablamos de la época de Rosas, hacemos referencia a los gobiernos de Juan Manuel de Rosas al frente de la provincia de Buenos Aires y predominando sobre las realidades de las provincias del Plata. En primer lugar por el manejo de la aduana y en segundo porque la provincia de Buenos aires fue la encargada del manejo de las relaciones exteriores. Los sentimientos ambiguos, antagónicos, polarizados o intencionados hacia el Restaurador perduran hasta el presente, pero los cordobeses y sobre todo los villanovenses desconocemos la importancia de nuestra provincia y nuestro pueblo en el sostenimiento de la Confederación Rosista.

José Manuel “Quebracho” López

La historia oficial o liberal-Conservadora juzga a Rosas como el personaje más cruel de la historia Argentina, y ha lanzado contra su figura la maldición en escuelas y libros oficiales, su largo gobierno bañado de sangre, su temperamento despótico y la mazorca como medio persuasivo.

El Revisionismo Rosista ha invertido la Historia Oficial para convertir a Rosas en la figura máxima de nuestro pasado.

Una alternativa sería la mirada de la Historia Social, la cual legitima los hechos en el contexto histórico, pasa a segundo plano la mazorca y reconoce el surgimiento y consolidación de una Elite Dirigente.4Porque piensa que la violencia se confunde con ley.

No hay duda de que puede reprochársele a Rosas su tendencia al autoritarismo. Nada justifica persecuciones, degüellos o fusilamientos. Pero la historia oficial se ha empeñado en cargar sobre Rosas y los caudillos federales toda la violencia de su época.

No se trata de justificar conductas bárbaras del Restaurador, sino de contextuarlas en relación a sus circunstancias, sin ignorar los crímenes de sus enemigos.5

Hacia 1825 terminaba la guerra de Independencia, rompiendo las estructuras del orden colonial.

De la guerra se esperaba que surgiera un nuevo orden, todos los sectores fueron tocados por la revolución.

Estos cambios globales se dieron fundamentalmente en las dimensiones política y social, donde podemos destacar: la violencia, la militarización, la democratización, el ascenso de los propietarios terratenientes, la Iglesia, las elites urbanas, la división del trabajo.

La violencia es una de las novedades más visibles, es la expresión de tensiones raciales, regionales, grupales demasiado tiempo reprimidas. La violencia popular, anónima e incontrolable surge como reacción a la opresión de la elite criolla. Esa violencia llega a dominar la vida cotidiana y dará el paso a la militarización.6

La fama de terroristas será mayor en los federales porque su base popular hará que algunas de sus víctimas sean de la clase acomodada, en cambio, los Unitarios matarán gauchos.

No repercutirá de la misma manera la ejecución de Camila O’Gorman, que el asesinato de más de un centenar de gauchos luego del combate de la Tablada7 por orden de José María Paz.8

La historia escrita por los vencedores del pueblo esconde la significación de los jefes populares y sus logros.

La historia oficial no enseña, por ejemplo, que en nuestro país la cultura en la época rosista floreció con la música, el teatro, las ciencias y las letras o la gesta heroica de la Vuelta de Obligado.

La base de esta investigación la constituyen una bibliografía sobre la época Rosista en Córdoba y en el país, comprendida entre los años 1835 y 1852 y especialmente dos anexos documentales que muestran la transcripción y recopilación de las cartas entre José Manuel “Quebracho” López, gobernador de la provincia y su hijo José Victorio López, jefe del Batallón con asiento en Villa Nueva.

El trabajo realizado por Ana Inés Ferreyra fue minucioso y detallado. Permitió conocer la correspondencia entre dos personajes históricos que cumplieron roles importantes en la realidad local y provincial de mediados del siglo XIX.

Esta etapa comprendida entre 1835 y 1852 se ha estudiado muy poco y todavía hay mucho por indagar.

Es un desafío de las nuevas generaciones “revisar” las fuentes y emitir nuevas apreciaciones sobre una época tan discutida de la historia Argentina.

 

Manuel López y Juan Manuel de Rosas

Es imposible hablar de Quebracho López sin hablar de Rosas, porque sus gobiernos fueron contemporáneos y dependientes uno de otro.

Así en el epistolario entre López padre y su hijo José Victorio podemos ver sus pensamientos.

“…las proposiciones de paz que me hase (sic) este casique (sic) en circunstancias que esta facultad está conferida al señor Rosas, hacen penosa y difícil mi posición. Este asunto lo voy a pensar en la calma de la razón…”.9

“…sobre la persistente renuncia del señor general Rosas… ha sido preciso que la meditación y la calma entren a allanar los inconvenientes políticos para no exponernos a un herror (sic)…”.10

“…todo lo que me indicas en relación á las ventajas que resultarían de sorprender a los indios ladrones en sus propias guardias para escarmentarlos, lo he tenido premeditado hace cinco años y estoi (sic) en plena conformidad con el contenido de tu comunicación; porque á la verdad es el único modo de contener la audacia de esos bárbaros y poner la provincia fuera del alcance de sus depredaciones y robos pero también es cierto que es preciso poner esto ante de todo, es conocimiento del señor general Rosas, encargado especial por los gobiernos fronterizos para entender de estos negocios de paz y guerra contra los indígenas del sud, siendo esto así, de realizarse esta medida sin su previo conocimiento y determinación podría resultar se frustrasen algunos planes ó medidas que dicho señor tenga tomadas ó esté tomando originándose de aca algunos males trascendentales al bien general de la República…”.11

Es sabido que Rosas y sobre todo Manuel López no fueron queridos en las ciudades, pues siempre se acercaron al gauchaje y fueron de la idea de pactar con el indio, lo que provocó continuas revueltas nacidas en los círculos intelectuales cordobeses que se sentían en manos de un gaucho ignorante de los pagos del tercero.

Sobre la relación con Rosas sería un aspecto a investigar profundamente. Se sabe que el arribo de Manuel López a la primera magistratura había sido el resultado de la presión política de Juan Manuel de Rosas y Estanislao López. Por eso el nuevo gobernador le expresaría toda su adhesión.12

“…ya que quieren pues disponer de la suerte de nuestro país preparémonos a la guerra, guerra que nos llenara de gloria por sostener una causa tan justa cual es la soberanía, libertad e independencia de nuestra Patria. En este concepto disciplina tu tropa, no pierdas momentos de imprimir en ella la moral mas rigida para que le ayudemos al general Rosas en una empresa tan digna de su alta misión…”.13  

“…Yo he tenido a bien dirijirme (sic) al general Rosas como al especialmente autorizado para estos objetos por los gobiernos fronterizos a fin de que él resuelva lo conveniente…”.14

Después de la asunción, ambas influencias no siguieron el mismo curso. La santafesina se mantuvo hasta 1838 en que muere Estanislao López, de ahí en más se transformó hasta que su sucesor Juan Pablo López 15 se rebela contra Rosas, en cambio la influencia Rosista perdura hasta 1852.16

De la misma manera la historia oficial demonizó a Rosas y a los López ocultando una etapa importante de la historia provincial.

En Córdoba capital, los guías turísticos-históricos ni siquiera mencionan a Quebracho López como gobernador.

Muchos de los trabajos realizados sobre esta época son extraídos de las memorias del General Paz, y éste (que era unitario) nunca escribiría a favor de López.

Sería como pensar que Mitre escribiría favorablemente frente a Rosas luego de haberlo enfrentado en la batalla de Caseros.

Muchos, por no decir todos, historiadores cordobeses, han defendido sus argumentos con algunas contradicciones propias del pragmatismo de López y han silenciado diecisiete años de la historia cordobesa.

Cuestionan la obsecuencia y las contradicciones pero realizando una interpretación parcial, especialmente de las cartas donde puede observarse claramente la posición de López argumentando a su hijo los beneficios de esta postura.

“…la presión porteña impone por diecisiete años al oscuro comandante del departamento tercero abajo, en un cargo gubernativo para el que sus luces, su preparación y sus ambiciones no son las adecuadas…”.17

López no se aferró al poder por dinero, ni reconocen la austeridad de su familia.

“…Para completar dicho presupuesto no puedes figurarte los sacrificios que han sido precisos por la suma excases (sic) del erario. Esta circunstancia hara que no me sea fácil mandarte otro hasta no hacerlo con las fuerzas del río 4º, a fin de evitar quejas y sentimientos: esto mismo les harás precente (sic) a los señores oficiales para que tengan paciencia…”.18

También afirman que la revolución que derrocó al gobernador el 27 de abril de 1852 fue aclamada por la ciudad de Córdoba y la campaña y que no querían dejar con vida a los tiranos19. Pero la consulta con numerosas fuentes muestra que en el interior se establecieron focos de resistencia, especialmente en Villa Nueva, Fraile Muerto y Río Cuarto.

Al producirse la revolución de abril, el comandante Pedro Oyarzábal marchó desde Río Cuarto hacia Córdoba exigiendo que se liberara a Manuel López y a su hijo, en caso contrario avanzaría sobre la ciudad para sofocar la rebelión, pero el gobernador provisorio Alejo del Carmen Guzmán envió una nota con una intermediaria muy especial, Doña María de los Santos Arias, quien con sus explicaciones hizo deponer a Oyarzábal de su postura. La participación de la esposa de López y madre de José Victorio evitó un nuevo derramamiento de sangre entre cordobeses.20

Es necesario aclarar que, si bien Manuel López tuvo destacada actuación en Villa Nueva, fue su hijo José Victorio quien estuvo a cargo del Batallón y luego Regimiento, en los años rosistas.

 


Referencias                                               

4 GALASSO, Norberto. La Larga Lucha de los Argentinos. Buenos Aires: COLIHUE, 1995 .Passim.

5 O’DONELL, Pacho. Juan Manuel de Rosas, El maldito de nuestra historia. Buenos Aires: Brooket, 4ª edición, 2007, p 42.

6 HALPERIN DONGHI, Tulio. Historia Contemporánea de América Latina. Buenos Aires: Alianza Editorial, 1991, p 142,143.

7 Actual ciudad de Córdoba entre los barrios: Cerro de las Rosas, Parque Corema, Alto y Bajo Palermo, Alto Villa Cabrera y La France.

8 O´DONELL, Pacho. Op cit,p 43

9 FERREYRA, Ana Inés. Cartas Entre Padre e Hijo. Tomo I. Instituto de Estudios Americanistas, Universidad Nacional de Córdoba. Córdoba 1987, p 526.

10 Ibid, p. 549.

11 Ibid p 254-255.

12 FERRERO, Roberto. Manuel “ Quebracho” López y la Época Rosista. Ediciones del Corredor Austral. Córdoba 2000.

13 FERREYRA, Ana Inés. Cartas Entre Padre e Hijo. Tomo I. Op Cit p 201-202.

14.Ibid p 524.

15 A Juán Pablo López lo apodaban “mascarilla” por su rostro picaneado por la viruela.

16 FERREYRA Ana Inés. Elite Dirigente y Vida Cotidiana en Córdoba, 1835-1852.Córdoba: Centro de Estudios Históricos, 1994. p 32.

17 GONZÁLEZ Marcela.(1997) Las Deserciones en las milicias cordobesas, 1573- 1870. Op Cit, p 304.

18 FERREYRA, Ana Inés. Cartas Entre Padre e Hijo. Tomo I. Op Cit, p 210.

19 REBOLLO PAZ, León. Historia de la Organización Nacional. Buenos Aires: Librería del Plata, 1951, passim.

20BARRIONUEVO IMPOSTI Victor. Historia de Río Cuarto tomo II.Gráfica Hornos.Buenos Aires 1988. P, 215.

 

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